Aquellos que tengan planes de asentarse en los Estados Unidos tendrán que apresurarse. Es posible que muy pronto no baste con nacer en el territorio de EEUU para ser "estadounidense".
Como es habitual durante los tiempos de crisis y post-crisis, los inmigrantes, independientemente de su condición, en los países a donde aspiran emigrar, son examinados con lupa en el sentido de si son necesarios, si a lo mejor sobran, o incluso, si pueden o no ser perjudiciales.
Y en delante, así podrá ser en EEUU, porque los republicanos decidieron de la forma más seria modificar la Constitución que hasta ahora establecía la concesión de ciudadanía de acuerdo al principio legal jus solis, es decir, la obtención de la ciudadanía estadounidense para toda las personas nacidas o naturalizadas su territorio, independientemente de la ciudadanía de sus progenitores.
Todos los dirigentes del Partido Republicano en el Senado y en la Cámara de Representantes han apoyado la iniciativa de iniciar el procedimiento para derogar la Enmienda XIV a la Constitución que en 1868 legitimó el derecho de ciudadanía por el jus solis. Las primeras audiencias para la derogación de la enmienda están previstas para septiembre u octubre, cuando el Congreso regrese a Washington una vez concluya la temporada de vacaciones.
Los republicanos en el Senado están convencidos de que la mencionada enmienda permite a los emigrantes desarrollar en el país una "invasión mediante el parto".
A su juicio, los niños que entran en EEUU por esta vía, se convierten en una especie de "ancla" a la que aferran sus padres para obtener de este modo la ciudadanía estadounidense.
Según las estadísticas de la Federación para Reforma de Inmigración de EEUU, cada año más de 450 mil niños de inmigrantes ilegales de esta manera "roban" la ciudadanía estadounidense. En ellos se gasta dinero de los contribuyentes, los recursos del país... Son gastos inoportunos, imprevistos. Como ha declarado la Senadora Lindsey Graham, esta gente "viene aquí para dar a luz, No debe ser así".
Pero la derogación de una enmienda a la Constitución de los EEUU no es asunto fácil. Los fundadores del país eran muy sabios y conocían bien el carácter tornadizo y arrebatadizo de su población. Por eso, protegieron la Ley Fundamental por numerosas cerraduras y llaves haciéndola arraigada e inflexible para evitar que los ciudadanos, bajo la influencia de impulsos erróneos, o apoyando a políticos irresponsables pudieran alterar la Constitución, y de esta forma impedir que esos cambios debieran ser lamentados por las generaciones futuras.
La propuesta para la derogación de la enmienda debe ser presentada a través de una Convención Constituyente convocada por las dos terceras partes de las legislaturas estatales. Una vez aprobada, la propuesta es enviada a las legislaturas estatales para su ratificación por 3/4 de las convenciones. Luego, la nueva enmienda debe ser aprobada y ratificada por 3/4 de cada uno de los estados de la nación antes de que pueda ponerse en práctica.
La historia de Constitución de EEUU (que el próximo mes de septiembre cumplirá 223 años) cuenta con alrededor de 10 mil propuestas de enmiendas, de las cuales tan sólo 27 fueron aprobadas (seis enmiendas más están pendientes de ratificación).
La mayor parte de las enmiendas se refiere a los derechos y libertades de los ciudadanos, elecciones y plazos de facultades del presidente y los diputados.
Por primera vez en 1882, los norteamericanos decidieron restringir la entrada de inmigrantes a su país limitando la inmigración desde China. Desde 1917 exigen que los inmigrantes hablen inglés, en 1920 introdujeron cuotas de inmigración, y en 1924 decretaron que los visados los concedieran sólo los consulados de EEUU. Finalmente, en 1965 fue aprobada la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que estableció cuotas no para países, sino para los hemisferios oriental y occidental.
Es difícil pronosticar si los republicanos lograrán aprobar su enmienda. La propuesta cuenta con partidarios y también con adversarios. Pero últimamente, a la luz de la crisis económica, los partidarios predominan. Es obvio que los inmigrantes, que han participado en la construcción y desarrollo de toda la nación, ahora caen en desgracia en EEUU.
La policía en Arizona y Virginia ya tiene derecho a verificar el status de los detenidos y la legitimidad de su estancia en el país. Antes, semejante situación era algo inadmisible en EEUU: sólo era posible si el detenido había cometido algún crimen. (También es verdad que en Arizona la ley está suspendida hasta que se verifique su conformidad con la Constitución).
Antes, en EEUU nadie dudaba de aquella inadmisibilidad siempre y cuando el detenido no hubiera cometido nada de malo y el país no estuviera en guerra ni en estado de emergencia.
Pero los ánimos de la población y la reelección de toda la Cámara de Representantes y un tercio de Senado prevista para noviembre son factores a favor de republicanos. Ya son muchos los electores que consideran que Obama los engañó al no cumplir sus promesas electorales, y ahora esperan que los republicanos salven la situación.
Sin duda alguna, para los republicanos asumir el papel de protectores contra los inmigrantes ilegales es una causa muy ventajosa. Pues se trata sólo de inmigrantes ilegales. Los que tengan permiso de residencia temporal y trabajo en EEUU no perderán derecho a jus soli. Al menos, así lo afirman los autores de la iniciativa.
Al mismo tiempo, el Antiguo Continente tampoco es muy hospitalario con los inmigrantes. Francia, Holanda y Dinamarca planean restringir las leyes de inmigración y expulsar a los inmigrantes ilegales por la fuerza.
El presidente de Francia, Nicolas Sarcozy, declaró a finales de julio en Grenoble que la Quinta República desmantelará más de 300 campamentos de gitanos en su territorio y deportará a los gitanos ilegales a Rumanía.
Más aun, los franceses van a privar de ciudadanía a los inmigrantes que hayan cometido crímenes. El ministro de asuntos interiores Brice Hortefeux explicó que la "confiscación de la ciudadanía" se aplicará en el caso de comisión de cualquier crimen grave.
Esta postura de Francia provocó protestas de todas las organizaciones de defensa de derechos, porque supone otro paso para socavar libertades de esa tribu nómada europea. Ya se ha olvidado el que hace dos años Italia hizo casi lo mismo.
En los próximos dos años, Alemania planea deportar a Kosovo 12 mil gitanos, que se refugiaron en el territorio alemán tras los bombardeos de Yugoslavia y la guerra de Kosovo en 1999. La generación de gitanos que ha crecido en estos años ni siquiera habla serbio o albanés. El idioma que conocen es el alemán.
La municipalidad de Copenhague también se propone expulsar de la capital a centenares de gitanos procedentes de Europa Oriental.
Les sigue Bélgica que empieza a barrer los gitanos. Así que los franceses tienen muchos correligionarios.
Cabe precisar que Francia es el único país de Europa donde el derecho de jus solis sigue en pleno vigor y no tiene sentido solicitarlo en ningún otro estado de la UE. En 2005 este derecho fue abolido en Irlanda.
Ahora, para obtener ciudadanía por nacimiento en todos los países de la UE al menos uno de los padres del solicitante debe ser ciudadano del país o ser residente durante al menos de 8 años (como es el caso de Alemania), o bien, el solicitante tener otros parientes en el país. Todos los estados han introducido restricciones bastante duras para la obtención de la ciudadanía.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Andrey Fediashin
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI