El pasado 20 de mayo, Rusia, China, Estados Unidos y otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU acordaron un proyecto de resolución que prevé la aprobación de sanciones contra Irán si el país persa continúa desarrollando su programa nuclear.
Este acontecimiento, que evidentemente empaña las relaciones ruso-iraníes coincidió con la celebración del 90 aniversario de la implantación de las relaciones entre Irán y Rusia. En la misma fecha, en 1920, Moscú y Teherán intercambiaron notas de reconocimiento mutuo.
En general, da la impresión de que cada vez que se aproxima la conmemoración de estos aniversarios, las relaciones entre Rusia e Irán se encuentran en declive. Es como si Irán se hubiera convertido en una fuerza sobrenatural para poner a prueba la estabilidad de diplomacia y quizás, de toda la sociedad rusa.
Al respecto, vale la pena recordar algunas circunstancias en torno al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Moscú y Teherán.
En aquellos años, el poder soviético había sido impuesto en Bakú y los sectores financieros, industriales y comerciales iraníes allí afianzados, exigieron a su gobierno establecer relaciones con las nuevas autoridades para continuar sus negocios.
Sobre todo cuando el gobierno iraní recibió de los nuevos gobernantes emplazados en Moscú un regalo nunca visto desde 1917, como fue la anulación por parte de las autoridades soviéticas del tratado sobre la división de Persia (Irán) suscrito por la Rusia imperial y Gran Bretaña en 1907, y que dividió las esferas de influencia del imperio ruso y británico en el país persa.
Poco después del intercambio de notas en 1920, el 26 de febrero de 1921 Irán y la URSS firmaron un tratado de amistad en el que Moscú devolvió a Teherán todo lo adquirido por la Rusia zarista tras la guerra ruso-persa de comienzos del siglo XIX, entre puertos, carreteras, bancos, y otros bienes.
Vale destacar que después de esa campaña de propaganda anticolonial, en Inglaterra desapareció para siempre la simpatía que en algún momento tuvo Lenin, Trosky otros líderes de la revolución bolchevique.
Transcurridos 20 años, en 1941, Teherán pasó a ser un objeto de interés para la Alemania nazi que planeaba lanzar una amplia ofensiva hacia el Cáucaso del Norte desde el territorio iraní e inundó el país con armas y asesores militares alemanes.
A finales del verano de 1941, Moscú y Gran Bretaña enviaron tropas a Irán. Por esta misma razón, entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre de 1943, se celebró la famosa Conferencia de Teherán, que, en esencia, dio comienzo a la formación de la coalición contra Hitler.
Sería arriesgado afirmar que Rusia es el mejor amigo de Irán. Pasados los siguientes 20 años, las relaciones entre Moscú y Teherán de nuevo volvieron a deteriorarse.
En vez firmar un pacto de amistad y no agresión con la URSS, Irán concluyó un acuerdo similar con EEUU que además incluyó la cooperación en el ámbito militar.
Entonces, todos esperaron una ruptura de las relaciones soviético-iraníes. Y cuando la situación alcanzó niveles críticos, que además coincidieron con la Crisis del Caribe en 1962, en otoño de aquel mismo año, Teherán renunció a desplegar misiles estadounidenses en su territorio y las relaciones entre la URSS e Irán de nuevo se normalizaron.
En vísperas del nuevo aniversario, en 1980, en Irán volvieron a ocurrir cambios. En 1979, la revolución islámica derrocó la monarquía instaurando un nuevo régimen. A consecuencia de ello, la URSS, junto con EEUU, se convirtieron en los principales enemigos de Teherán.
En esencia, fue la primera señal de que el mundo estaba cambiando y que en perspectiva el orden bipolar dejaría de existir. Pero en aquel entonces, nadie pensó en serio de que esto alguna vez pudiera ocurrir lo que ya ocurrió.
En 1990, Teherán condenó a la pena de muerte al escritor anglo-paquistaní Salman Rushdie por su novela antiislámica Los versos satánicos, cuyos fragmentos fueron publicados en la URSS en el mismo año. El pueblo soviético se quedó estupefacto por la crueldad de la condena.
En 2000, se produjeron nuevos cambios. En 1995, Moscú rompió su cooperación militar con Irán, como consecuencia de un pacto firmado por el entonces vicepresidente de EEUU, Albert Gore, y el primer ministro ruso, Víctor Chernomirdin, en Washington.
La llamada comisión Chernomirdin - Gore creada a comienzos de los años 90 tuvo como objetivo impulsar la cooperación entre Rusia y EEUU, pero tras el estallido de la guerra en Yugoslavia en 1999, el gobierno ruso decidió restablecer la cooperación con Irán en el ámbito militar.
¿Qué clase de país es ese extraordinario e enigmático Irán con el que siempre todas las cosas con Rusia avanzan de una forma tan impredecible?
Como ocurre con la situación actual, durante años, Moscú ha estado a la defensa de Irán contra los ataques de las anteriores administraciones estadounidense, incluso bajo el riesgo de cosechar muchos disgustos.
Aunque el mayor disgusto para Rusia, al menos durante la administración del George W. Bush, hubiera sido la perspectiva de una guerra estadounidense-iraní, es decir, una catástrofe geopolítica en la región del mar Caspio y Asia Central.
Pero ahora, la situación es otra, quedan desafíos en un segundo plano, y no obstante, da la impresión de que Teherán premeditadamente procura tener el mayor número de problemas.
Es probable que el quid del problema radique en la peculiaridad de Irán. Pero una cosa son las relaciones diplomáticas, es decir, las relaciones entre diplomáticos, presidentes, gobiernos o reyes, y otra muy diferente, la vida y comunicación de los pueblos de cada país.
La Persia antigua, que es una maravilla y en perspectiva, los rusos y los iraníes deben comunicarse independientemente del carácter de las relaciones de sus respectivos gobiernos.
Para la población rusa es beneficioso conocer muchas cosas interesantes. Por ejemplo, que Irán es una de las tres civilizaciones más antiguas del mundo que han conservado su continuidad junto con India y China.
Irán o la antigua Persia existe desde hace tres mil años antes de Cristo, cuando en el territorio de Europa todavía reinaba el silencio. Es un verdadero placer viajar por Irán, igual que conocer a los descendientes de una cultura tan antigua.
Los iraníes hicieron una gran aportación al surgimiento de religiones mundiales. Inventaron al gobierno como un sistema de departamentos sectoriales y territoriales.
Además, en el territorio de actual Irán nacieron muchos poetas geniales, más que en cualquier otro país. Asimismo, cabe mencionar que la lengua rusa ha incorporado muchas voces de los idiomas iraníes.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Dmitri Kósirev
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI