El diplomático ruso advirtió de que la escalada de violencia dispara el riesgo de que surjan focos de tensión también en el Líbano y de que se desestabilice la frontera entre este país e Israel. Asimismo, Moscú siente preocupación por las informaciones de la prensa occidental sobre el uso de armas químicas en el conflicto entre las fuerzas del Gobierno sirio y los rebeldes, lo que podría considerarse como un intento de preparar a la opinión pública mundial de cara a una posible intervención militar, agregó Lukashévich.
En este sentido, llamó, en nombre de su país, a poner fin a la politización de este asunto y a la incitación de la opinión pública en contra del Gobierno sirio.
Medios internacionales informaron anteriormente que el sábado y la madrugada del domingo la aviación israelí lanzó varios ataques contra el territorio sirio. Así, la agencia Reuters citó a una fuente anónima de Inteligencia occidental, según la cual el supuesto bombardeo israelí destruyó un cargamento de misiles iraníes Fateh-110 destinado para el grupo radical libanés Hezbolá.
Por su parte, la agencia siria Sana afirmó que el objetivo de los ataques fue el mismo centro de investigación militar cerca de Damasco que ya fue bombardeado por Israel a finales de enero pasado. La cadena libanesa Al Manar controlada por Hezbolá comunicó a su vez que la aviación israelí bombardeó almacenes de munición, una base de defensa antiaérea y cuarteles del Ejército sirio en Jamraya.
Además, el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó al menos 15 muertos y decenas de desaparecidos como resultado del ataque israelí. Según esta ONG con sede en Londres, todas las víctimas son soldados del Ejército regular sirio que se encontraban en las tres instalaciones militares bombardeadas, que cuentan con un total de 150 efectivos.
Por otro lado, Teherán salió este lunes al paso de las informaciones que hablaban de un depósito de misiles iraníes destruido en los recientes ataques contra Siria. El general iraní Massoud Jazayeri citado por France Presse negó estas informaciones declarando que se trata de “propaganda de medios occidentales e israelíes”.
El Gobierno y las Fuerzas de Defensa de Israel siguen entretanto sin confirmar ni desmentir la autoría de los recientes bombardeos, y algunos de sus representantes incluso descartan represalias por parte de Siria. Así, el general Yair Golan, jefe del Comando Norte Israelí, declaró hoy que no ve amenaza de guerra en su área de responsabilidad en la frontera con Siria y Líbano.
El general, quien asistió a un entrenamiento de la Brigada Golani, afirmó que “no hay vientos de guerra”. Otro indicio interpretado como la ausencia de alarma entre los dirigentes del país es, según la prensa israelí, la visita a China que comenzó la víspera el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien no regresará al país antes del próximo viernes.
Pese a estos gestos y declaraciones, Israel sí ha tomado una serie de medidas de precaución ante posibles represalias por parte de Damasco y sus aliados de Hezbolá. Ayer mismo, las autoridades cerraron el espacio aéreo en el norte del país y anunciaron el traslado a la zona de dos baterías antiaéreas Cúpula de Hierro.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)