El Ministerio de Defensa de Rusia tiene prevista una renovación general del material aeronáutico de que está dotado su Ejército del Aire.
Según informan varias fuentes, en 2020 la Fuerza Aérea de Rusia contará con más de 1.500 nuevos aparatos, incluidos 350 nuevos aviones de combate. Estos datos fueron confirmados por el Comandante de la Fuerza Aérea, el coronel general Alexandr Zelin, que anunció la renovación del 70% del material para esas fechas.
El actual estado de la flota de aviones de guerra, que representa la base de la potencia militar rusa en el aire, deja mucho que desear. La edad media de los aparatos es ya de 25 años. Esto representa hoy una amenaza para la integridad personal de los pilotos y, en un futuro muy cercano, para la seguridad nacional, porque puede obligar a reducir el número de aviones por razones de vetustez.
Por estas razones, el Ministerio de Defensa ya ha firmado contratos para el suministro de 32 bombarderos tácticos Su-34 (de entrega paulatina hasta 2013), 48 cazas Su-35 (hasta 2015), 12 cazas Su-27 (hasta 2011), 4 aparatos Su-30 (hasta 2011) y 12 Su-25. Asimismo, está a punto de cerrarse el suministro de 26 cazas MiG-29 (hasta 2015) y la ampliación de acuerdos anteriores para la adquisición de otros 80 cazabombarderos Su-34 (como mínimo) y de 24 a 48 aparatos adicionales del modelo Su-35. En total, la Fuerza Aérea incorporará a sus arsenales alrededor de 260 nuevos aviones.
A día de hoy es difícil pronosticar la composición del centenar largo que resta del encargo de la Fuerza Aérea y que comenzará a llegar a manos de los militares a partir del 2015. Si nos dejamos llevar por la lógica, 25 ó 30 cazas serán del modelo MiG-35, de 12 a 16 serán cazas Su-30, necesarios para la instrucción de combate en los regimientos aéreos equipados con los Su-35; mientras que, finalmente, 40 ó 60 aparatos corresponderán a los famosos Т-50, cazas de quinta generación, de los que todavía se desconoce el índice definitivo de fabricación que reciba en la oficina de diseño Sukhoi (Rusia).
En realidad, el quid de la cuestión se halla en saber si la renovación emprendida será suficiente en términos de cantidad y de calidad. El tiempo, evidentemente, lo dirá, pero es poco probable que estos 350 aparatos cubran todas las necesidades del Ejército del Aire, cuya capacidad de combate deberá ser mantenida a través de la modernización del material actualmente disponible.
En 2020, la Fuerza Aérea habrá modernizado los siguientes aparatos: 100 cazas Su-27 (actualmente hay unos 50 aparatos), unos 80 cazas interceptores MiG-31 (actualmente, hay unos 10 aparatos), alrededor de 100 cazas MiG -29 (actualmente, hay unos 30 aparatos). El arsenal se completará con unos 150 aviones de asalto Su-25 y, posiblemente, con unos 50 ó 60 bombarderos Su-24.
En lo que respecta a la flotilla estratégica, no se prevén grandes cambios. Permanecerán prácticamente los mismos aparatos: los bombarderos estratégicos Tu-160 (16 ó 17 aparatos), Tu-95 (60 ó 64 aparatos) y Tu-22 (60 ó 70 aparatos). Eso sí, se prevé que todos los aviones se sometan a un exhaustivo proceso de reparación y modernización de sus sistemas de a bordo.
En la actualidad, la Fuerza Aérea está compuesta por unos 2.800 aparatos, de los cuales 1.500 son aviones de combate. Este número seguramente se reducirá, cuando el Ejército del Aire ruso haya retirado del servicio operacional todos aquellos aparatos que, por una u otra razón, no hayan sido remozados.
Como resultado, la Fuerza Aérea dispondrá de un arsenal de 800 aviones de combate plenamente operativos, con una flota total de 1.500 ó 1.700 aviones y helicópteros. Este número podría aumentar en caso de que se aprobaran más adquisiciones por parte del Estado, lo cual no se descarta, pero esto es ya terreno de las hipótesis.
Los arsenales de las fuerzas aéreas tienden a reducirse en todo el mundo. La cantidad de nuevos aviones en los ejércitos es mucho menor hoy en día que la habitual en los años ochenta. Los aparatos se retiran masivamente del servicio operativo por razones evidentes y objetivas como son el fin de la Guerra Fría o la necesidad de reducir los gastos militares en tiempos de crisis. Las rigurosas normas de calidad, la complejidad y el alto coste de los aparatos actuales excluyen la posibilidad de reemplazar las unidades obsoletas en una proporción 1:1.
La comparación de estas cifras con las de otros países nos da la siguiente conclusión: en los próximos diez años, la Fuerza Aérea de Rusia seguirá ocupando el segundo puesto en número de unidades, superada sólo por la de EEUU. La aviación estadounidense también reducirá considerablemente su arsenal, teniendo en cuenta el lento proceso de renovación, motivado en gran medida por los continuos retrasos en el suministro de los nuevos cazas de quinta generación. Los Estados Unidos pasarán en breve de los 5.000 aparatos actuales hasta 3000 ó 3.500 aeronaves, incluidos 1.700-2.000 aviones de combate.
Por último, habría que señalar que una gran parte de misiones que cumplen hoy en día aviones tripulados, en un futuro próximo serán llevadas a cabo por aparatos sin piloto. Serán, sobre todo, misiones de aviones espía. La popularización de este tipo de aeronaves redundaría en el desarrollo de modelos, con exigencias y costes de otro nivel. Esto cambiaría drásticamente toda la estructura y las posibilidades de la Fuerza Aérea. Pero dejemos esta discusión para más tarde. Es harina de otro costal.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Ilia Krámnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI