"Nos gustaría que EEUU dejara de buscar enemigos en su entorno geográfico y empezara a escuchar la voz unida de los países de América Latina y el Caribe" dijo el titular ruso en entrevista con el canal televisivo Rossiya 1.
Destacó que Washington actúa "de una manera bastante incoherente", pues, poco después de anunciar una mejoría de las relaciones con Cuba, "ha comenzado a presionar a Venezuela, declarándola 'país que amenaza' la seguridad de EEUU".
"El carácter absurdo de esta afirmación resulta evidente para todos", constató, recordando que los países de América Latina la han rechazado de manera unánime.
Lavrov confirmó que Rusia apoya la solidaridad con Venezuela y el envío de una misión de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) a Venezuela.
El titular anunció además la próxima visita oficial que realizará a Moscú su homóloga venezolana, Delcy Rodríguez, con quien sostendrá "negociaciones amplias".
El ministro declaró a la vez que el deshielo diplomático entre Cuba y EEUU no amenaza las relaciones estratégicas de Rusia con la isla.
"Estoy completamente seguro de que nada puede amenazar nuestras estrechas relaciones estratégicas con Cuba, y no vemos ningún indicio de que eso pueda cambiar", aseguró.
Destacó que el restablecimiento de las relaciones entre ambos países es un proceso que puede ocupar muchos años, ya que las sanciones contra Cuba fueron aprobadas por el Congreso de EEUU y solo con su consentimiento podrían ser revocadas.
"En realidad todos estos años hemos apoyado activamente que EEUU retire el bloqueo, hemos sido coautores de las ya habituales resoluciones anuales que tomaba la Asamblea de la ONU, siempre hemos expresado nuestra solidaridad con Cuba", dijo Lavrov.
Añadió que, también durante los contactos bilaterales, Moscú "instaba a los estadounidenses a recapacitar e iniciar relaciones normales con ese país".
"Lo que pasará con las sanciones es una gran incógnita, teniendo en cuenta la postura de las autoridades cubanas, que consideran oportuno exigir la devolución de Guantánamo y la garantía de una soberanía absoluta de la Isla de la Libertad", subrayó el ministro, constatando que Rusia saluda el "deshielo" en las relaciones entre ambos países.
Según Lavrov, Rusia está dispuesta a cooperar con más países latinoamericanos y examinará participar en la vigilancia del nuevo canal interoceánico de Nicaragua si las autoridades locales lo piden.
"Si las autoridades nicaragüenses lo piden (…) vamos a estudiarlo, pero por ahora ni se ha planteado", dijo.
El canciller igualmente urgió a Kiev a conceder ya un estatus especial a ciertos territorios de Donbás, para no quedar a la espera de una “reconquista”.
“Es necesario que la ley sobre el estatus especial entre en vigor de inmediato, como está acordado”, instó Lavrov.
Agregó que no se puede posponer el asunto “hasta el momento para el que el Gobierno ucraniano espera haber conquistado esos territorios por la fuerza”.
Insistió en que Alexandr Zajárchenko e Ígor Plotnitski son líderes legítimos de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
"Los líderes actuales —Alexandr Zajárchenko e Ígor Plotnitski- han sido reconocidos por todos puesto que firmaron los acuerdos de Minsk que a su vez aprobó el Consejo de Seguridad de la ONU", destacó.
Según Lavrov, "no tiene importancia" el hecho de que Plotnitski y Zajárchenko firmaron los acuerdos sin indicar sus cargos.
El ministro subrayó que Kiev quiere controlar los territorios de Donbás y por lo tanto insiste en negociar la concesión de un régimen especial solo con personas electas de acuerdo a sus condiciones.
"No tiene sentido; si las autoridades ucranianas lo consiguen, es probable que no otorguen el estatus especial a nadie", recalcó.
Lavrov afirmó que la incoherencia de las autoridades de Kiev es evidente.
"El problema consiste en que tanto los estadounidenses como los europeos, pero en menor medida, se sienten incómodos cuando critican a Kiev e intentan evitarlo", señaló.
Afirmó además que la misión de la OSCE en Ucrania debe contar con un mayor número de representantes rusos.
"Proponemos añadir una veintena de representantes rusos a los treinta que ya trabajan en la misión de observación de la OSCE", dijo Lavrov en una entrevista al canal de televisión Rossiya 1.
Señaló que la misión sigue incrementando su potencial y que ya no quedan plazas vacantes aprobadas en la primera etapa (500 personas).
"Hemos pedido al Consejo Permanente de la OSCE que estudiara duplicar esa cantidad", apuntó Lavrov.
Refiriéndose a la petición de Kiev de enviar una fuerza internacional de paz al este de Ucrania, dijo que es una "maniobra evasiva".
"Me parece una maniobra evasiva porque las autoridades ucranianas no piensan cumplir los acuerdos de Minsk", indicó y aseguró que Rusia no participará en la votación sobre el envío de fuerzas de paz a Ucrania en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Si el asunto llega al Consejo de Seguridad, dijo Lavrov, Rusia pedirá al secretario general de la ONU "informar cómo acogen esta iniciativa ambos bandos", el Gobierno de Kiev por un lado y Donetsk y Lugansk por otro.
El ministro aclaró que es lo el reglamento previsto para misiones de mantenimiento de la paz.
En cuanto a una operación de imposición de la paz, Lavrov duda de que Kiev decida solicitarla, pues "sería absurdo presentar una petición así al Consejo de Seguridad de la ONU".
"Nadie dará la bendición a un nuevo intento de reanudar las hostilidades, aunque es en esta dirección adonde el 'partido de la guerra' y sus socios en el extranjero, a mi modo de ver, empujan al Gobierno de Kiev", apuntó.
Al comentar el posible envío de un contingente de paz europeo al este de Ucrania, el jefe de la diplomacia rusa dijo que "no hay locos en la UE".
"Jamás irán a una zona, sea el sureste de Ucrania o algún otro lugar, a menos que las partes en conflicto acepten tal misión. No es a nosotros a quiénes deben dirigirse sino a Donetsk y a Lugansk con los que Kiev nuevamente se ha negado a dialogar", concluyó.