La canciller alemana Angela Merkel viaja a la capital de los Urales para mantener consultas ruso-alemanas, experimentando la presión de los círculos de negocios alemanes. Sobre el particular escribe la prensa occidental la víspera de la apertura del tradicional foro "Diálogo de Petersburgo" en Ekaterinburgo. Los analistas señalan que la misión principal de Merkel consiste en impulsar la cooperación bilateral en el sector energético. Los industriales alemanes temen seriamente perder sus posiciones por la creciente actividad de Francia e Italia en el mercado ruso.
En Alemania existe en "Comité Oriental" que trabaja en el fortalecimiento de las relaciones comerciales de Alemania con Europa del Este. En un reciente informe dicho comité critica la insuficiente actividad de Berlín en el desarrollo de los nexos económicos con Rusia. En opinión de los industriales alemanes, Angela Merkel concentra fundamentalmente la atención en la política transatlántica, en perjuicio de las relaciones con Rusia. Sin embargo, en opinión de la comunidad de los negocios, la canciller no puede hacer caso omiso de la dependencia de Alemania de Rusia: es que más de la tercera parte del gas natural que se consume en el país procede precisamente de Rusia. Por su parte, el mercado ruso representa un potencial colosal para las empresas alemanas. Precisamente de esto se hablará en las negociaciones de Ekaterinburgo.
El encuentro de la canciller alemana y el presidente ruso transcurrirá en el marco del "Diálogo de Petersburgo", creado por iniciativa de Vladímir Putin y Gerhard Schröder, durante el encuentro que los líderes de ambos países sostuvieron en Moscú el 25 de setiembre del año 2000. El objetivo es aproximar a la opinión pública rusa y alemana, superar los prejuicios entre las partes y ahondar la comprensión entre Alemania y Rusia. La reunión anual se celebra alternadamente en uno y en otro país. Comunmente coincide con las consultas interestatales germano-rusas. Esta vez, en Ekaterinburgo, en el primer día del foro se propondrá a los huéspedes un programa histórico-cultural. Sus participantes visitarán, entre otras cosas, el monasterio Ganina Yama, a las afueras de Ekaterinburgo, donde fueron sepultados los restos de la familia del último Emperador ruso Nicolás II y su esposa - la princisa alemana Alexandra, quienes fueron fusilados.
Lo más importante del foro se espera los próximos días 14 y 15, cuando sus participantes se pongan a debatir el tema central de la reunión: "Rusia y Alemania en la próxima década". Los expertos rusos y alemanes discutirán la arquitectura de la seguridad europea, los problemas de la modernización y de la construcción de la sociedad civil y asuntos referentes a la educación, la ciencia, la salud pública y los medios de comunicación. En vísperas del foro de Ekaterinburgo, el nuevo embajador de Alemania en Moscú, Ulrich Brandenburg, entrevistado por La Voz de Rusia, recordó el reciente encuentro con Dmitri Medvédev durante la entrega de las cartas credenciales:
El presidente Dmitri Medvédev se pronunció en términos positivos sobre el estado de las relaciones ruso-alemanas, sobre su carácter estratégico. Esto tiene que ver con la seguridad europea, con el desarme y con la superación de la crisis económica. Todas éstas son cuestiones importantes, en cuya solución la cooperación ruso-alemana puede hacer un notable aporte. El presidente Medvédev abordó otro tema, que me pareció muy importante: se trata del arraigo de la cooperación ruso-alemana en las regiones. En estas pocas semanas que estoy en este cargo, he tenido la posibilidad de ver y de contribuir en Moscú a una serie de tales interacciones regionales.
En relación a tal interacción cabe destacar a los Urales, que forman una de las regiones de Rusia más desarrolladas tanto económica como industrialmente. En Ekaterinburgo ya se están ejecutando varios proyectos bilaterales dirigidos a elevar el rendimiento energético de la economía rusa. Recordemos que las empresas alemanas son líderes mundiales en dicho sector. Los industriales alemanes también están interesados en los planes del Kremlin de crear un centro de altas tecnologías en la localidad de Skólkovo, a las afueras de Moscú. Se trata del análogo ruso del Valle del Silicio en EEUU.