Rusia cuenta con “todo un arsenal de medios para garantizar un funcionamiento sin averías de las centrales atómicas”, aseveró el primer ministro Vladimir Putin en vísperas de la firma del contrato para la construcción de una central electro-atómica en Bielorrusia. Por cierto que es posible lo que se antoje, sobre todo al presentar un producto exportable. Pero existen hechos irrebatibles. Los especialistas rusos tienen a cuestas más de medio siglo de suministros de tecnologías nucleares a muchas regiones del mundo, incluso a Europa.
De suyo se entiende que la tragedia de Japón instó a los políticos y expertos a preocuparse una vez más por el problema de la fiabilidad de las centrales atómicas en el mundo, cosa bien lógica. Este tema es considerado por nuestra corresponsal María Bajmétieva y el observador Serguey Guk, por los expertos invitados: Vladimir Lijachov, vicedirector del Instituto de Investigaciones Energéticas de la Academia de Ciencias de Rusia y experto del Centro de Estudios Políticos de Rusia, el profesor de la Universidad Nuclear MIFI y director del Centro Internacional de Educación en la Materia Nuclear Víctor Murogov.
El período de 20 años de 1965 a 1986 fue una época récord para la industria nuclear soviética. Se concertaron acuerdos bilaterales no solo con países del Consejo de Ayuda Mutua Económica, sino asimismo con Finlandia, Libia, Cuba, Corea del Norte sobre la asistencia técnica en la construcción de centrales atómicas. La negra fecha de la catástrofe de Chernóbil interrumpió la colaboración por largos 15 años. En este tiempo aparecieron nuevas tecnologías rusas, nuevas propuestas de diseño que gozan de demanda. La decisión de algunos estados, caso de Rusia y China, de seguir construyendo centrales atómicas, en una serie de medios de información de Europa, generó una reacción negativa: Japón sufre un infortunio, pero éstos no dejan de pensar en el átomo. Vladimir Lijachov replica:
“No solo Rusia y China declararon que seguirán construyendo centrales atómicas, sino también algunos países europeos, en primer lugar Francia. No se ha definido hasta el fin EEUU, si bien tienen en su programa la energética nuclear. El mundo, en realidad de verdad, no está dispuesto a renunciar a la energética atómica”.
En los órganos de información de Occidente se escribe mucho sobre la baja seguridad de las centrales atómicas rusas, de sus tecnologías anticuadas. Pero, por alguna razón, no se aducen hechos de averías en Europa. Vladimir Lijachov continúa: “No recuerdo tales casos. Construíamos en Europa centrales eléctricas provistas de reactores VVER, es decir reactores de cuerpo, que orecen un grado muy alto de protección. Aproximadamente los mismos reactores están en Japón. Allí el problema era otro: se desconecto energía eléctrica y dejaron de funcionar los generadores que garantizaban el enfriamiento de los reactores. Nuestros reactores eran considerados bastante seguros. Me refiero a los reactores VVER. En cuanto a la competitividad de nuestros reactores: tenemos varios pedidos. Entre otros, Turquía confirmó ayer estar fiel al acuerdo sobre la construcción allí e una central atómica. Añadiré: no voy a afirmar que nuestras tecnologías son las más progresivas. Ellas son competitivas. Pero se despliega una lucha competitiva muy dura con las tecnologías de EEUU y Francia, los principales “faros de modas” en el mercado de maquinaria atómica. Nuestras tecnologías son de buen nivel y lo suficientemente fiables”.
La información de Vladimir Lijachov es completada por Víctor Murogov: “Tenemos reactores de otro tipo, no tenemos reactores “de ebullición”. Todos los reactores que Rusia construye en Europa Oriental, China e India, son reactores a presión tipo VVER. Tienen un sistema de doble circuito a diferencia de un circuito único en los reactores de ebullición de Japón. Por eso, la avería que se produjo allí, no puede ocurrir aquí”.
La confianza es una cosa buena. Pero ¿en qué se basa el optimismo del experto?
Víctor Murogov riposta: Se trata del reactor VVER 1000 del último diseño. Tal reactor fue construido ya en China. Allí se le agregó una trampa para combustible fundido debajo del reactor, que imposibilita la salida de la masa fundida al exterior. La trampa absorbe cualquier combustible fundido. Es decir que este reactor está calculado no solo para una avería proyectada. Incluso para una avería “imposible”, por si acaso”.
Las nuevas centrales atómicas con un sistema plenamente automatizado de seguridad serán construidas en Brasil. Esto fue comunicado el lunes por la Comisión Nacional de Energía Nuclear adjunta al Ministerio de Ciencia y Tecnología del país. Ahora en Brasil funcionan dos reactores rusos en la central “Angra”. El tercero se encuentra en fase de montaje. Se pondrá en marcha en 2015.
Según datos del citado Ministerio brasileño, antes de 2030 en el país serán puestas en servicio 4 centrales más, provistas de sistemas más modernos de prevención de emergencias que las afectadas por el sismo en Japón. También serán modernizadas las centrales en funcionamiento. “En nuestras centrales nuevas serán instalados reactores e tercera generación, su sistema de seguridad es más perfecto y no requiere la intervención de la persona en situaciones de emergencia”, dice un comunicado de la mentada Comisión Nacional. Los expertos estiman que prácticamente improbable l reedición en Brasil de la variante japonesa, en la que los sistemas de refrigeración `revistos para un caso de avería fueron deteriorados por el tsunami. “Antes de construir una central atómica se calculan todos los riesgos de cara región. En la central en servicio “Angra” existe una protección para el caso de terremoto, tsunami, fuertes rachas de viento, tornado e, incluso, de explosiones dirigidas. La central “Angra” está protegida por un dique contra olas de 7 metros de altura”, señala la Comisión Nacional de Energía Atómica adjunta al Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)