La Cumbre de las Américas desarrollada en Cartagena, centró su atención en el tema económico. Los dos gigantes del Continente, EEUU y Brasil, polarizaron la escena.
Lo único que quedo claro es que Brasil busca un Tratado de Libre Comercio, como el que exitosamente llevan los EEUU, México y Canadá.
El tema ambiental, una vez mas no fue parte de la agenda. El desarrollo comercial se situó como lo relevante. La inmediatez de las gestiones públicas presidenciales, el apremio de victorias tempranas en lo político es lo que gobierna nuestro continente.
Ahora los resultados se medirán, en cuanto subió en las encuestas la presidenta de Brasil Dilma Rousseff o si Obama mejoro su imagen de estadista, dentro de los EEUU o como este evento los fortalece rumbo a las reelecciones presidenciales de ambos.
Mientras las fotos y videos periodísticos del evento dan la vuelta al mundo, mostrando “la gran sapiensa” de los participantes de la Cumbre, las Ameritas siguen sumergidas en contingencias determinantes para su devenir.
El descontrol climático, hoy llamados los fenómenos de la Niña y el Niño, siguen severamente impactando las costas de América del Sur y América Central, produciendo fuertes inundaciones, deslaves y centenares de muertes a su paso.
Es un problema real que sufre el Continente y que los países de la región no están preparados ni para enfrentarlos ni mucho menos para dar las alertas para el resguardo oportuno de la población. Indefensos e indiferentes, así están nuestros pueblos y nuestros políticos.
La explotación infantil, específicamente en Latinoamérica, rige el destinos de casi un millón de infantes, repartidos entre los basureros de sus 11 mil municipios, las minas de cielo abierto, la explotación de esmeraldas y oro. Un grave flagelo, que seguramente no da los votos necesarios para seguir en el poder regional.
El agua potable, del cual más de una tercera parte de la población en el subcontinente no dispone. El acceso a agua dulce y su saneamiento es insuficiente.
Se estima que aproximadamente 80 millones de personas o el 15% de la población de América Latina y el Caribe no tiene acceso a una fuente mejorada de agua y 160 millones o el 28% no tenía acceso a saneamiento básico adecuado. Un problema estructural, de planificación de servicios. Por supuesto resultados muy a largo plazo. Nada atractivo para quienes hacen carrera electoral.
La deforestación de las 8 amazonias. Europa, Medio Oriente, África y una buena parte de Asia se comieron sus bosques.
¿Cual es el problema que América se coma los suyos?
¿Es que no tenemos derecho? Así el Sr. Lula, expresidente de Brasil, justifica el holocausto ambiental que se lleva a cabo en América de Sur.
¿Será esa manera de administrar los recursos naturales de su país el modelo a imitar?
Amigos lectores cual fue mi asombro cuando reviso la Agenda y los puntos a tratar en esta importante reunión de mandatarios de las Américas. Apenas tomaron en cuenta los “Desastres Naturales”, solo desde las consecuencias y no disertando sobre las causas.
Textualmente el eje temático va de la siguiente manera:
“Este es un tema en el que muchos de nuestros países siempre tendrán algo que agregar. Tragedias recientes en el hemisferio y fuera de él ponen de presente la imperiosa necesidad de propiciar la creación de una cultura adecuada de prevención y gestión de riesgos, de fortalecer las instituciones nacionales llamadas a actuar en casos de siniestro y de idear mecanismos financieros para reaccionar con prontitud y eficacia y acudir en apoyo de los afectados”.
Con esto se sintieron satisfechos nuestros líderes del continente. Cumbres, pero Cumbres borrascosas son las que realizan últimamente…
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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