La publicitada expansión rusa hacia el Ártico podría convertirse en una empresa no rentable, opinan varios expertos consultados por el diario Novie Izvestia.
Rusia reivindica un área de 1,2 millones de kilómetros en la plataforma submarina del Ártico y envió el pasado domingo una escuadra a las islas de Nueva Siberia para instalar una base militar permanente. Sin embargo, los analistas dudan de que los planes del Kremlin sean económicamente sostenibles.
"La incorporación de territorios y la exploración de la plataforma en el Ártico son asuntos de carácter económico más que político", dijo al periódico Irina Grinets, colaboradora del Centro de Economía Primaria.
La producción del petróleo y el gas en el Ártico no es rentable, a su juicio, y lo demuestran los numerosos aplazamientos en la exploración de algunos campos como Shtokman.
"Habida cuenta de que primero se abordará el desarrollo de zonas más rentables en Siberia Oriental y Extremo Oriente, la explotación real de los yacimientos árticos es viable solo a mediano plazo", señaló la experta.
También su colega del Centro Internacional de Valores, Ana Linévskaya, opina que "una base en el Ártico sería interesante pero la verdad es que Rusia no dispone ahora de recursos tecnológicos y financieros necesarios para ello".
"No tiene sentido hablar de rentabilidad porque en las condiciones actuales Rusia tardaría muchos años en explorar y desarrollar la plataforma del Ártico. Sin tecnologías ni equipos sería un desperdicio que el país no puede permitirse", dijo.
Según algunas estimaciones, Rusia tendría que invertir unos 3,5 billones de rublos ($94.547.300.065) en las obras de exploración geológica en la plataforma continental del Ártico hasta el año 2030, y aproximadamente el doble en logística marítima. Súmense a ello los gastos de construcción y mantenimiento de una base militar en condiciones polares.
El periódico recuerda también que a partir del 1 de agosto la UE exige aprobación previa de organismos competentes para exportar a Rusia determinadas tecnologías y maquinaria del sector energético. La licencia será denegada si los productos a exportar se destinan para explorar yacimientos submarinos del crudo a gran profundidad, realizar obras de prospección y producción petrolera en el Ártico o proyectos de petróleo de esquisto en Rusia.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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