A mediados de la semana que viene, la península de Crimea se convertirá en el punto neurálgico de Rusia en el que se darán cita el presidente, el primer ministro, miembros del Gobierno y legisladores. También se celebrará un foro empresarial. Se trata de un evento para hacer gala del mayor logro del Kremlin y mostrar que la clase política y las élites económicas rusas no temen a las sanciones, publica RBC Daily.
Según fuentes del Parlamento y del Ejecutivo que cita el diario, los diputados de la Duma de Estado (Cámara baja) comenzarán a llegar a Crimea el próximo 12 de agosto. Pero el principal evento está programado para el día 14, cuando Vladímir Putin y Dmitri Medvédev se reúnan con el pleno de la Cámara baja en la ciudad de Yalta.
Inicialmente se preveía que Putin se encontrara solo con los diputados del oficialista partido Rusia Unida; más tarde se decidió que la Duma desembarque al completo en la península y que la discusión gire en torno a temas estratégicos como la política exterior o los presupuestos del Estado.
Hace unos días, el formato de la reunión volvió a ampliarse para dar cabida también al primer ministro Dmitri Medvédev. Con su participación, la cita tendrá una dimensión más pragmática: es muy probable que los legisladores planteen problemas sociales concretos de la región y que el presidente y el jefe del Ejecutivo den indicaciones de cómo solucionarlos.
A diferencia del líder de la nación, cuya permanencia en la península se reducirá a las horas que dure la reunión con la Duma, los parlamentarios también pasarán en Crimea dos o tres días y asistirán a otras actividades, como encuentros con la población o coloquios. Además, una veintena de diputados visitarán el famoso campamento de verano infantil Artek.
A mediados de agosto, la nueva región rusa acogerá un foro para jóvenes empresarios con participación de destacados hombres de negocios y miembros de la Cámara Pública rusa.
Los eventos programados en Crimea tienen un doble objetivo: por un lado, hacer que la población local tenga seguridad en el futuro, y por el otro, promocionar el mayor logro del Kremlin ante el resto del país, opina Konstantín Kalachov, experto en tecnologías políticas. Se trata, además, de una forma de captar inversiones internas, “puesto que otras no habrá”, indica.
El viaje a Crimea de un numeroso grupo de altos cargos y diputados debe dejar claro que la clase política rusa no teme a las sanciones, estima el experto. En general, dice, con la intensa agenda crimea las autoridades rusas quieren mostrar que la suerte de la península no se discute y que ya es parte inalienable de Rusia.
El “desembarco” en Crimea se produce en plena precampaña electoral, señala a su vez el politólogo Mijaíl Vinográdov. “Está destinado a reafirmar una vez más la situación privilegiada de Crimea entre las regiones rusas”, considera.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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