Los países miembros de la coalición discrepan sobre los objetivos de su operación en Libia, según se desprende de las declaraciones del portavoz de las Fuerzas Armadas de Bélgica, el teniente general Michel Singele.
Según el alto cargo militar, los cuatro cazas F-16 belgas que se unieron a las fuerzas de la coalición en Libia, tienen como objetivo garantizar la zona de exclusión aérea y la protección de la población civil, y no atacar los objetivos militares de Muamar Gadafi.
“Entramos en acción para garantizar la zona de exclusión aérea.
Respaldar a los rebeldes para liberar ciudades no forma parte de nuestro cometido, pero otros países pueden tener otra visión”, afirmó Singele.
El coste de la participación belga en la operación internacional en Libia se estima en 12 millones de euros durante tres meses.
El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el pasado 17 de marzo la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia, así como una operación militar internacional contra las fuerzas de Gadafi.
La operación, iniciada el 19 de marzo y bautizada “Odisea del amanecer”, cuenta con la participación de un total de 13 países, entre ellos, Estados Unidos, Francia y Reino Unido. Las autoridades libias reportan decenas de muertos entre los civiles por los bombardeos aliados, extremo que niega la coalición.
La víspera, el Pentágono comunicó que en los cinco primeros días de la operación las fuerzas de la coalición realizaron más de 300 vuelos de combate y lanzaron más de 160 misiles Tomahawk contra diversos objetivos militares libios.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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