Una ex empleada de la multinacional británica GlaxoSmithKline recibirá una recompensa récord de 96 millones de dólares por haber denunciado irregularidades tecnológicas en la producción de algunos medicamentos.
Cheryl Eckard, ex jefa del Control Global de Calidad en esta empresa farmacéutica, informó a la agencia estadounidense de alimentos y fármacos, FDA, que GlaxoSmithKline consintió la adulteración de algunos productos, entre ellos, el popular antidepresante Paxil, elaborados en su planta de Cidra, en Puerto Rico, en el período de 2001-2005.
Eckard, quien trabajaba en una oficina de GlaxoSmithKline en Carolina del Norte, dijo que la compañía la despidió en 2003, después de que presentara reiterados reportes a sus superiores y al departamento corporativo de reclamaciones.
Aparentemente, ninguna persona se vio afectada por los fármacos adulterados en la planta portorriqueña de GlaxoSmithKline, no obstante lo cual la empresa deberá pagar multas por un importe total de 750 millones de dólares, según anunció ayer la fiscal federal de EEUU, Carmen Ortiz, al comentar los resultados de una investigación realizada tras la denuncia de Eckard.
La ex empleada tendrá derecho a una recompensa de 96 millones de dólares como informante, una suma sin precedentes en la historia de denuncias de crímenes o faltas corporativas en EEUU.
“Es una cosa que nunca quise hacer pero fue necesaria para la seguridad de los pacientes”, comentó Eckard a la prensa. GlaxoSmithKline, por su parte, emitió un comunicado en el que deplora las irregularidades cometidas en la planta de Cidra, que cerró el pasado año por falta de demanda.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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