Occidente cedió Ucrania a Rusia

Occidente cedió Ucrania a Rusia que está dispuesta a financiar el desarrollo del país vecino a cambio de lealtad, escribe hoy el periódico digital Utro.Ru.

Los recientes acuerdos sobre la permanencia de la Flota rusa del mar Negro en Crimea y el suministro del gas ruso a Ucrania, con descuentos de hasta el 30%, son testimonio de que el mandatario ucraniano, Víctor Yanukóvich, acepta por ahora esa condición. Pero nadie debería engañarse al respecto: lo hace porque no tiene otro remedio.

Ucrania sigue sin recibir los créditos que el Fondo Monetario Internacional le prometió hace tiempo. En cuanto a los aliados occidentales de Kiev, no están ahora para asuntos de la Europa del Este.

Estados Unidos, que relanzó su relación con Rusia y suscribió con ella un nuevo acuerdo para la reducción de armas estratégicas ofensivas (START-III), dejó prácticamente sin reacción el fracaso de las llamadas "revoluciones de color" en Ucrania y Kirguizistán.

La OTAN también acogió con bastante tranquilidad el anuncio de que Rusia mantendrá su base naval en Sebastopol por 25 años más, hasta 2042. Se limitó a reafirmar que las puertas de la Alianza se abrirán algún día para Ucrania.

Todo ello induce a pensar que el proyecto anti-ruso "Ucrania Libre" ha sido cerrado o, al menos, congelado. Sin embargo, subsiste el riesgo de que la política ucraniana vuelva a las dobleces de la época de Leonid Kuchma (Nota: presidente de Ucrania en 1994-2005).

Para Rusia, la única manera de impedir semejante evolución es aplicar una línea honesta y sopesada, procurando construir una cooperación sólida y que no dependa del cambio de ánimos en la cúpula de las potencias occidentales.

A Moscú le acusaron a lo largo de las últimas dos décadas de que sufre el síndrome del "hermano mayor" y es incapaz de ofrecer a otras naciones postsoviéticas ningún proyecto atractivo en materia del desarrollo conjunto, por lo que pierde constantemente ante Occidente.

Últimamente da la impresión de que Rusia ha sacado conclusiones de esa experiencia: usa con mayor discreción la consigna de "pueblos hermanos"; define mejor sus intereses y prioridades; marca claramente los límites que ningún político, incluidos los presidentes, puede sobrepasar so peligro de transformarse en una persona no grata; y hasta presenta a los vecinos ofertas irresistibles.

Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)

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