La drástica evaluación del último decenio que el presidente Dmitri Medvédev hace en su artículo "¡Arriba Rusia!" difícilmente podría agradar a su antecesor en el cargo y actual primer ministro Vladímir Putin, escribe hoy la prensa local al señalar que el jefe del Estado busca apoyo social para cambiar el modelo putiniano.
El máximo dignatario ruso rinde el tributo a su predecesor, al constatar que Rusia "ya no es un cuasi-Estado semiparalizado que fue diez años atrás" pero al mismo tiempo somete a duras críticas los resultados de las reformas institucionales implementadas hasta la fecha.
Una economía primitiva que se sustenta en materias primas y la crónica corrupción son dos características exhaustivas de Rusia que Medvédev heredó de Putin. La iniciativa más importante de las proclamadas por el ex presidente - creación de un sistema judicial válido - se da por fracasada y muerta. Resulta que recién "necesitamos crear tribunales modernos y eficientes". Y en general, las instituciones democráticas existentes en el país distan mucho del ideal, según la expresión cortesa de Medvédev.
El mandatario ruso publicó su artículo en el diario digital Gazeta.Ru. Que haya preferido Internet a formatos más triviales para hablar a los conciudadanos es clara señal de que otros canales de retroalimentación no existen o funcionan mal. La ausencia de sociedad cívica, medios independientes, competencia dentro del sistema político y demás mecanismos de retroalimentación es una de las causas fundamentales de la deplorable situación de hoy.
¿Por qué Medvedev creyó oportuno emitir este texto programático precisamente ahora? Probablemente, el presidente piensa que en la etapa actual, cuando funcionarios y expertos optimistas anuncian que la crisis va tocando fondo, se presentan oportunidades reales para impulsar cambios serios y proceder a una revisión de cuanto se ha hecho en el último decenio, desde que Putin ascendió a la cúpula del poder.
Al mismo tiempo, el jefe del Estado previene contra actitudes revolucionarias y sugiere reformar la estructura política, el sistema judicial y otras bases institucionales de forma pausada, al estilo confuciano. Ya sabrá Medvédev hasta dónde se extienden sus poderes pero a los ciudadanos no les resultará fácil arrimarle el hombro en estas iniciativas. En un país donde su antecesor dejó arrasado el campo político no quedan ningunas herramientas políticas para manifestar la solidaridad con la postura del presidente.
Viejo Condor
RIA Novosti
Gazeta.Ru / Vedomosti / Vremya Novostei
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