El discurso del primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, en la Asamblea del Foro Internacional de Inversiones de Sochi fue una señal para Occidente que ha llegado el momento para ponerse de acuerdo y renunciar a la política de sanciones que se muestra poco eficaz, opina el politólogo ruso, Alekséi Makarkin.
"Pienso que (las señales) no están dirigidas a los políticos sino que a los empresarios porque el mercado ruso puede cerrarse para ellos y hacerse más abierto para los chinos", dijo a Nóvosti.
En el marco de la conferencia, Medvédev descartó la posibilidad de crear una económica cerrada en Rusia y señaló que "pese a las sanciones Rusia no cierra la puerta ante sus socios occidentales".
Agregó que la estrategia de cooperación con los países del Pacífico no es una "venganza a Europa" sino una reacción a los cambios en condiciones del desarrollo económico.
El jefe del Gobierno ruso aseguró que productores nacionales rellenarán el vacío en el mercado ruso surgido a causa de las sanciones.
Los politólogos rusos coinciden con Medvédev en que la política de algunos países occidentales puede invalidar todo el trabajo de la integración de Rusia a la economía global que se llevó a cabo en los últimos 20 años.
"Rusia se convirtió en una parte integrante de la economía global en las últimas décadas y su exclusión de este sistema afectará ante todo al propio sistema" y no al país eslavo, opinó el experto Alexéi Martinov.
Las relaciones entre Rusia y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania. La UE y EEUU han aprobado ya una serie de sanciones tanto contra compañías y ciudadanos rusos, como contra sectores enteros de la economía del país.
En respuesta, Rusia embargó por un año las importaciones agrícolas de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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