En vísperas de la apertura del Salón Aeroespacial Internacional de Moscú MAKS-2011, apareció en los medios de comunicación de la capital rusa una noticia que llamó la atención no sólo de los militares, sino también de los moscovitas comunes. Igor Ashurbeili, ex director general de la ОАО GSKB (Oficina Principal de Diseños y Proyectos) Almaz-Antéi “Académico Raspletin”, y actual copresidente del consejo extraministerial de expertos para la defensa aeroespacial (VKO en sus siglas rusas), comunicó a las agencias de información que “en Rusia se dejaría de fabricar el sistema de lanzamiento de misiles de medio alcance S-300”. Además, el experto declaró que últimamente la producción de S-300 sólo se mantenía debido a los encargos procedentes del extranjero. Pero éstos ya se han terminado.
De inmediato, se comentó en la prensa que la técnica de la generación anterior había quedado irremediablemente obsoleta mientras que la nueva aún no había sido adquirida por el ejército, por lo que el sistema de defensa aérea de Moscú ya no protegía a la ciudad de bombas o misiles. De paso, Ashurbeili fue acusado de “torpedear los esfuerzos políticos del presidente y revelar secretos de Estado”.
En realidad, el Sr. Ashurbeili no había dicho nada especialmente novedoso. El año pasado ya había comentado en una entrevista a un famoso periódico: “Podríamos haber estado modernizando ilimitadamente el S-300P Favorit. Pero en mi opinión Almaz se comportó muy honestamente: por iniciativa propia, decidimos cerrar este tema y propusimos al Ministerio de Defensa el proyecto del S-500”.
- El primer lanzamiento de prueba del misil balístico
intercontinental Bulavá se ha desarrollado con éxito
No ocurrió nada del otro mundo, ya que la finalización de la fabricación del S-300, modelo cuya última unidad fue producida para nuestro ejército en el lejano 1994, es un proceso lógico y natural. El sistema ya había agotado sus recursos morales y técnicos, al igual que ocurrió con los tanques Т-72, los cazas MiG-29 o las piezas de artillería autopropulsada Akatsia y Gvózdika …todos ellos fueron sustituidos por tecnologías militares nuevas y actualizadas.
El S-300 ha sido sustituido por los nuevos sistemas de lanzamiento de misiles antiaéreos S-400 Triumf. Son más eficaces y productivos, pueden disparar contra 48 blancos simultáneamente -en lugar de ocho, como el S-300- y tienen muchas otras ventajas. Dos regimientos de Triumf ya están defendiendo el cielo de la capital rusa y se adquirirán otros dos antes de finales de año, según afirma el general-coronel Alexandr Zelin, comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas Militares de Rusia. Al mismo tiempo se proyectan los sistemas Vítiaz y S-500. Está claro que Moscú no ha quedado indefensa ante eventuales ataques aéreos.
Como comentó ya en primavera el Sr. Ashurbeili, Vitiaz es el sistema de lanzamiento de misiles de medio alcance que sustituiría al S-300PS. Pequeño, móvil y bastante barato, tendrá las mismas características tácticas y técnicas. “Estamos trabajando en el proyecto del sistema Morféi, de muy corto alcance. Este sistema sirve, entre otras cosas, para proteger los sistemas S-400 y S-500, así como los Tópol. Morféi es capaz de rematar bombas de alta precisión y misiles alados en los límites cercanos de intercepción”, añadió, mientras que el general Zelin, declaró a nuestro periódico que Morféi podría abatir cualquier objeto que se moviera en un radio de hasta 5 kilómetros.
Se supone que el proyecto del sistema S-500 concluirá en 2015. Ashurbeili dijo que todavía no estaba dispuesto a hacer públicas las características del mismo. Desde el punto de vista técnico, es la última generación en este tipo de armamentos. Según Ashurbeili, Vítiaz, S-400 y S-500 garantizan todos los niveles de defensa, de cinco a algo más de cuatrocientos metros, con una altura que va desde los cinco metros hasta el espacio exterior.
Sin embargo, no todo resulta claro y meridiano respecto a la utilización del sistema S-400. Tanto Ashurbeili como Zelin saben que el proyecto de los correspondientes misiles adolece de serios problemas. Además, los medios de comunicación afirman que la planta moscovita Avangard, que fabrica estos misiles en serie, de momento no ha recibido encargo alguno.
Según nuestros datos, el ciclo tecnológico de creación de un sistema S-400 lleva algo menos de dos años. Por tanto, si no hay contratos en 2011, sería ingenuo esperar que los sistemas nuevos aparecieran antes de 2013. Sobre todo, si no existe la absoluta seguridad de que también estarían listos para esa fecha los sistemas Vítiaz y Morféi, así como las bases reales para la creación del S-500. La demora en la firma del contrato de fabricación del S-400 podría llegar a provocar fallos reales en cuanto a la fiabilidad de la defensa de grandes ciudades e importantes zonas industriales y económicas.
Por otra parte, no existe hoy en día la amenaza real de un ataque imprevisto contra Rusia por parte de algún Estado o coalición de Estados que dispongan de armamento aeroespacial. Mientras dispongamos del escudo de misiles atómicos, es difícil que alguien se decida a dar un paso tan irracional. Por lo tanto, no hay prisa en crear un nuevo misil para los S-400 y S-500. Sin embargo, tampoco se puede gastar dinero público sin justificación alguna. Hay que responder con hechos concretos.
Viejo Condor
RT.news (SIC)
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