El ex presidente de Egipcio, Hosni Mubarak, quien dimitió el viernes pasado tras 18 días de revueltas populares, está “en un estado psicológico grave y pese a la enfermedad rechaza ser tratado”, informó el diario oficial egipcio Al Gomhuria citando a fuentes próximas al ex mandatario.
El año pasado, Mubarak fue intervenido de la vesícula biliar en un hospital alemán, al que tenía que volver este año para una exploración médica. El jueves pasado, tras dirigirse a la nación, se marchó de la capital para instalarse en su residencia en el balneario de Sharm el-Sheij.
Según Al Gomhuria, el ex presidente descarta abandonar el país incluso para someterse a un tratamiento médico. En sus últimas intervenciones como jefe de Estado, insistió en que no piensa marcharse del país al que sirvió más de 60 años. Actualmente, está atendido por dos médicos que se desplazaron a Sharm el-Sheij después de que sufriera varios desmayos.
Mientras tanto, otro periódico, Al-Masry Al-Youm, informó hoy que desde el sábado Mubarak está en coma. Según fuentes del rotativo, los médicos aún no han decidido si el ex líder egipcio, de 83 años, podrá sobrevivir un traslado al hospital. Habría perdido el conocimiento dos veces durante la grabación de su discurso de despedida, señala el diario.
En su última intervención como jefe de Estado el pasado 10 de febrero, Mubarak cedió el poder al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Su renuncia fue precedida por una degradación económica y social.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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