En las modernas condiciones geopolíticas es necesario crear un sistema de defensa conjunta en América del Sur. Así lo afirmo el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, durante su visita a Uruguay.
Jobim aseguró que tal sistema permitiría a la región tener "voz en el mundo" y "defender en conjunto la energía, el agua y los alimentos", que están entre sus principales riquezas y que van a generar nuevos desafíos en ese terreno.
El ministro hizo estas declaraciones tras reunirse en Montevideo con el presidente uruguayo, José Mujica; su homólogo uruguayo, Luis Rosadilla, y el canciller Luis Almagro.
En la rueda de prensa Jobim explicó que la política de defensa de su país se basa "en la cooperación y la integración" regional, para que la estrategia de América del Sur pueda ser la de "disuasión" a aquellos que pretendan dominar los recursos naturales del Cono Sur, tales como la energía, el agua potable y los alimentos.
Según el ministro, la política exterior brasileña desea formar una industria de defensa regional que se base en las fuertes inversiones de los estados de la región, orientadas al desarrollo común.
Jobim subrayó que este tipo de iniciativas no significan que la región esté embarcada en una carrera armamentista con objetivos bélicos.
"No hay carrera, es la recuperación del tiempo perdido.
Es la necesidad que tiene la región para dotarse de capacidad operativa para poder decir que si usted viene acá, usted va a tener problemas.
Si uno no tiene esa capacidad, uno no tiene voz en el mundo, eso es así", apuntó.
Además, Jobim lamentó la gran "dependencia logística" que actualmente tiene la región respecto al exterior y dijo que una de las dificultades del sector es la puesta en práctica del control aéreo civil con satélites, en especial en el océano Atlántico. Por eso es necesario que "la industria militar se desarrolle al lado del tejido productivo suramericano", agregó.
"Ahora no tenemos control del Atlántico y también necesitamos controlar el espacio aéreo. En 2025 se impondrá el control de los espacios aéreos con satélites y no con radares, y es necesario tener capacidad para asumir ese control. Esos puntos los tenemos que decidir juntos, para tener una mayor capacidad de escala", apuntó Jobim.
En los últimos tiempos, Brasil ha anunciado una importante renovación de su material militar. Esto incluye la compra de hasta once navíos para la patrulla oceánica, destinados a proteger sus reservas de hidrocarburos en el Atlántico.
Además, se prevé comprar 36 aviones de defensa último modelo de una de estas tres empresas a concurso: la sueca Saab con su avión Gripen, la estadounidense Boeing con el F-18 y el Rafale de la francesa Dassault, mientras se espera que termine la construcción de 50 helicópteros de militares Super Cougar EC-725 en una fábrica brasileña.
Jobim comentó que no descarta la posibilidad de instalar junto a Uruguay una fábrica de componentes de aviones en Sudamérica como parte de la estrategia defensiva. Según Uruguay, la idea sería ver las posibilidades de crear una asociación que permita la instalación de una planta industrial en algún lugar del país en cooperación con Brasil para la fabricación de piezas destinadas a la aviación militar.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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