Las llamas de los incendios forestales se convierten en un nuevo fenómeno meteorológico en Rusia. Los bomberos señalaron que hacen frente a unos tornados de fuego.
Los cuentos de los bomberos y las víctimas de las recientes inflamaciones, ahora resultan apoyados por la denuncia del director del departamento de Defensa Civil del Ministerio de Emergencias Serguei Sháposhnikov. Durante su última rueda de prensa se centró en los casos de flujos vertiginosos, que se han producido en varias ocasiones en los focos de inflamación en la región central de Rusia y la del Volga.
Un tornado de fuego es una forma especial del incendio continuo que se distribuye de tal modo que al ascender la corriente de los productos de la combustión y el aire calentado, el flujo del aire libre de todas partes en dirección a las límites del torbellino, alcanza la velocidad superior a 50 kilómetros por hora. Este viento desgaja a las personas que están a una buena distancia de la línea del fuego y las arroja al propio foco.
Nadie ha tenido este riesgo en cuenta en Rusia, debido a que prácticamente no existen precedentes. Y especialmente por eso los incendios forestales de la últimas semanas ya se han cobrado 25 víctimas fatales de tal elemento.
Solo el día 30 de julio en el territorio de este país aparecieron más de 700 incendios nuevos, según informó Sháposhnikov. Afortunadamente, gracias a los esfuerzos de los bomberos y los socorristas más de 80% de los nuevos focos están apagados, pese a que el tiempo no solucionase el problema principal: los bosques y los matorrales se secaron demasiado y se convirtieron en un combustible perfecto para la ignición.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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