Los físicos nucleares norteamericanos adelantaron en un minuto las agujas del “reloj simbólico del Día del Juicio Final”. Ahora quedan cinco minutos hasta la noche nuclear. La última vez que la aguja del reloj marcaba ese punto fue en 2007, y en 2010 fue atrasada en un minuto – hasta las 23 y 54. Los expertos rusos no son propensos a hacer previsiones apocalípticas, aunque tampoco niegan la seriedad de la amenaza que pende sobre el mundo.
Solo a dos minutos de la medianoche estaban las agujas del reloj en 1953, cuando la Unión Soviética y EEUU experimentaron la bomba termonuclear con una diferencia de nueve meses. Y ese fue el indicador más peligroso de la historia del “reloj del Día del Juicio Final”, que por vez primera apareció en la portada del “Boletín de Científicos Atómicos” norteamericano, a principios de la guerra fría en 1947.
Incluso durante la Crisis del Caribe, cuando la humanidad estuvo a dos pasos de la catástrofe nuclear, el reloj mostraba las 23 y 53 – la situación se había normalizado rápidamente. La actual decisión de adelantar las agujas virtuales obedece –según los especialistas norteamericanos, a una serie de razones, entre ellas “la falta acciones en el marco del Tratado sobre la Prohibición Total de las Pruebas Nucleares por parte de EEUU, China, Irán, India, Pakistán, Egipto, Israel y Corea del Norte, lo que mantiene al mundo en peligro –se señala en la publicación.
La situación es complicada, pero no hay que caer en el pánico – supone el director del Centro de Estudios socio-políticos, Vladímir Evséiev:
- En efecto, el Tratado sobre la Prohibición Total de las Pruebas Nucleares hasta ahora no ha entrado en vigor. Pero esto se debe en buen grado a la postura de EEUU, mas no de la India, Pakistán y otros países. De ahí que si EEUU hubiera ratificado el tratado, entonces probablemente China también hubiese tomado la resolución correspondiente y los demás Estados podrían haberla secundado. Estimo que no hay que buscar enemigos al margen de los Estados. Cada Estado debe resolver sus propios problemas. En este caso podemos no trasladar las agujas del reloj, sino hablar de que la situación es inestable, complicada, aunque no hay que dramatizarla.
El experto está seguro de que para volver atrás las agujas hay que mejorar las relaciones ruso-norteamericanas, particularmente en lo referente a la creación del escudo antimisiles europeo. Rusia considera que la materialización de los planes de la OTAN puede desembocar en una “demencial carrera armamentística”, ya que nosotros deberemos responder de manera adecuada al proceder de EEUU. Para encarrilar este proceso por un cauce normal, el presidente Medvédev propuso la variante de participación equitativa de Rusia en el sistema europeo de defensa antimisiles. Solo en este caso existe la garantía de que los potenciales antimisiles que se despliegan en Europa no minaran la estabilidad estratégica y no estarán dirigidos contra alguna de las partes.
Los científicos suponen que hay otro factor que incide negativamente en el funcionamiento del “mecanismo del reloj”. Se trata del estado de cosas en el sector de la energía atómica con fines de paz. En calidad de ejemplo, que despierta una serie preocupación, se cita la catástrofe acaecida en la central nuclear nipona “Fukushima-1”. Estos hechos demuestran a todas luces que las medidas de seguridad que se han implementado ahora en las centrales atómicas son insuficientes –dice el científico del Centro de Seguridad Internacional, adjunto al Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, Piotr Topichkánov:
- Teniendo en cuenta que muchos países están interesados en la energía atómica, incluidos los inestables, cabe suponer que la construcción de instalaciones atómicas en sus respectivos territorios, no facilitará la elevación de la seguridad nuclear en todo el mundo, siempre y cuando, claro está, en esos países no se apliquen los más rigurosos estándares de seguridad.
A lo largo de los 60 años de historia del “Boletín de Científicos Atómicos” las agujas del reloj fueron movidas 20 veces. Las cosas estaban mejor que todo en la primera mitad de la década de los 90 del siglo pasado. La caída del muro de Berlín y las revoluciones de terciopelo en el Este de Europa en los años 90 alejaron las agujas de la sacramental medianoche. Y 1991 fue el año más exitoso. Entonces, sobre la ola de optimismo por la finalización de la guerra fría, ese indicador de seguridad aumentó hasta los 17 minutos. Los expertos rusos consideran que este récord no será batido en los próximos tiempos. Lo máximo en que se puede confiar es detener el cada vez más próximo apocalipsis nuclear y empezar a dar marcha atrás.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
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