Tal declaración fue hecha por Ellen Tosher, subsecretaria de Estado de EE.UU. para el control de armas y la seguridad internacional. De esta manera, ella dio a entender que la exhortación de Moscú a concertar un acuerdo jurídicamente obligatorio de que el escudo antimisil que se crea en Europa no esté apuntado contra Rusia, queda desatendida.
A los norteamericanos y a sus aliados en la OTAN les parece que el propio hecho de invitación de Rusia a la colaboración en la defensa antimisil sea ya garantía de sus intereses. Pero los hechos son testarudos. Existe un plan concreto de creación del escudo antimisil. Y si en sus primeras etapas de veras no hay amenazas potenciales para Rusia, después de 2018 se llegará a un punto irreversible, pues en Europa se planifica instalar antimisiles SM 3 Block IIB, capaces de interceptar cohetes intercontinentales.
Esto volverá vulnerable el potencial ruso de disuasión nuclear, asevera Pável Zolotariov, vicedirector del Instituto de Estudios sobre EE.UU. y Canadá:
- El objetivo real de la defensa antimisil que se monta no se limita en absoluto a la amenaza misilística de Irán. Antes que todo, se trata del potencial misilístico-nuclear ruso. Y en suma, del potencial de operaciones con el uso de armas misilísticas de largo alcance. De suerte que ahora los norteamericanos desarrollan su idea de ataque global.
Moscú se dispone a evitar justamente esto, ofreciendo la responsabilidad sectorial en el sistema de defensa antimisil paneuropea. En la OTAN no quieren compartir la responsabilidad, alegando el punto 5 del Tratado de Washington, aprobado ya en 1949. En este se habla de que la defensa del bloque es garantizada por las fuerzas y los medios de sus miembros.
Cabe recordar, empero, que el tratado de marras fue aprobado en condiciones de un duro enfrentamiento político-militar entre dos sistemas. El politólogo y director del Centro de Estudios Políticos Vladimir Yevseev reflexiona sobre cómo es posible superar las contradicciones en cuestión:
- La salida de este atolladero es la siguiente: la creación por Rusia de un sistema real de defensa antimisil. En este caso, con independencia de cómo se interprete el artículo 5 de la carta de la ONU o haya tendencias anti-rusas en EE.UU., en Polonia o en otros estados, el problema de compatibilidad de los sistemas militares será una necesidad vital porque, en caso contrario, estos sistemas no podrán ser empleados. Pero este será, en el fondo, el primer paso hacia la creación de un escudo antimisil único en Europa.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
Viejo Condor
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