Las protestas de casi tres semanas en Egipto, organizadas por los jóvenes, obligaron al presidente del país a dejar su cargo, cediendo sus poderes al vicepresidente y a las Fuerzas Armadas. Sin embargo este no es el único país en el mundo árabe que cuenta con grupos de jóvenes activistas descontentos por la situación política y económica de su país.
Una generación de jóvenes bien formados y en su mayor parte desempleados consiguió la libertad egipcia. Su éxito se debe también a que saben utilizar las nuevas tecnologías. Las manifestaciones fueron convocadas por Internet, particularmente a través de un grupo en Facebook fundado por el ejecutivo de la empresa Google Wael Ghonim. Los jóvenes de otros países podrían seguir el ejemplo de los egipcios. Ghonim, que se convirtió en uno de los protagonistas de lo ocurrido en Egipto, comentó la situación afirmando que si uno quiere conceder libertad al pueblo tiene que darle acceso a Internet.
El director de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), Leon Panetta, afirma que hay varios países en el mundo árabe que afrontan las mismas preocupaciones que Egipto sobre “la falta de libertades, de reformas políticas y de verdaderas elecciones libres y abiertas, estancamiento económico y el impacto que esto tiene en el desempleo, particularmente entre los jóvenes” y “podrían verse afectados de la misma manera”.
El líder de Irán, Mahmud Ahmadineyad, apoyó la revuelta en Egipto, pues en su opinión los hechos de los últimos días pueden reducir el peso de Estados Unidos en la región. El jefe de Estado iraní mencionó igualmente la revolución de los jazmines en Túnez, donde el pueblo también logró que huyera su ex líder Ben Alí, que se mantuvo en el poder por más de 20 años.
“Digo a los pueblos y a los jóvenes de los países islámicos y árabes, en particular a los egipcios: permanezcan alerta. Es nuestro derecho ser libres, elegir a nuestro gobierno, a nuestros dirigentes”, afirmó Ahmadineyad.
El espíritu reivindicativo de Egipto llega a sus vecinos
Más de mil personas salieron a las calles para apoyar la revolución egipcia en Sana, Yemen. Los manifestantes expresaron su oposición a la política de su gobierno gritando eslóganes como: “Ayer Túnez, hoy Egipto, mañana Yemen abrirá la cárcel”.
La última manifestación antigubernamental en Yemen tuvo lugar el 4 de febrero y terminó con cuatro víctimas mortales.
La situación en Argelia tampoco se puede calificar como tranquila. La capital argelina pretende convertirse en el escenario de una manifestación opositora pese a la prohibición del Gobierno. Los opositores demandan mas libertades civiles y la mejora de las condiciones de vida. También exigen el fin inmediato del gobierno del líder argelino Abdelaziz Bouteflika pese a que este ya aseguró que emprenderá cambios rumbo a una mayor apertura.
La manifestación convocada por la opositora Reagrupación por la Cultura y la Democracia el 22 de enero contra el ascenso de los precios terminó con 5 muertos y cerca de 800 heridos.
En Sudán, continúan los enfrentamientos entre los grupos rebeldes y gubernamentales. El número de fallecidos ya supera los 100 y la situación sigue siendo tensa pese al éxito del referéndum en Sudan del Sur, que se prepara para su independencia del norte.
Para la familia real de Arabia Saudita el cambio del régimen egipcio puede significar la pérdida de un aliado en el Medio Oriente, ya que el rey Abdullah y el ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak, son amigos. Por esta razón el líder de Arabia Saudita pidió a Estados Unidos que no interviniera en los acontecimientos que estaban teniendo lugar en Egipto para no humillar al ex lider egipcio y dejar al país recorrer un periodo de transición gradual hasta septiembre, mes en el que estaban previstas las elecciones. Uno de los principales productores de crudo en el Medio Oriente ve a la revolución egipcia como un fenómeno muy peligroso para la estabilidad regional. Y en las calles del reino ya se sienten los ecos de las revueltas populares. “La mayoría ve con buenos ojos los cambios en el mundo árabe con la esperanza de que afecten a la situación en Arabia Saudita y otros lugares”, indica un activista chií, profesor universitario en Riad.
Jordania tampoco permaneció indiferente ante lo ocurrido en Túnez y Egipto. Ya a mediados de enero los ciudadanos empezaron las protestas contra la política del Gobierno y el ascenso de los precios. Las manifestaciones fueron convocadas por el opositor Frente de Actividad Islamista, que cuenta con unos 200.000 miembros. El 1 de febrero el rey de Jordania, Abdalá II, cesó a todo su Gobierno y designó a un nuevo primer ministro del país. No obstante los disturbios exigiendo una mejora de la calidad de vida no se han detenido.
La revolución en Egipto, que causó una fuerte reacción y una amplia aprobación en muchos píses del mundo árabe, se ha desarrollado a lo largo de 18 días y ha provocado la dimisión del ex líder del país, Hosni Mubarak, que ha dejado al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas como administrador temporal de los asuntos de la nación.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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