El pasado 18 de diciembre los presidentes de Rusia y EEUU, Dmitri Medvédev y Barack Obama, se reunieron al margen de la Conferencia Copenhague sobre Cambio Climático para discutir el nuevo Tratado de reducción de armas ofensivas estratégicas.
Estas negociaciones concluyeron con escasos resultados, igual que la propia Conferencia. Ambos Jefes de Estado anunciaron a coro que tendrían que ultimar unos detalles. En el lenguaje diplomático, esto quiere decir que serias discordancias impiden firmar el nuevo documento. Dicho en términos más concretos, se trata del regimen de verificación.
Es poco probable que el Tratado START se firme en lo que resta de año. Los negociadores ya están de vacaciones y sólo podrán reunirse a partir de mediados de enero próximo.
La firma del Tratado START de por sí no resolverá todos los problemas corrientes en materia de desarme nuclear, pese a las grandes esperanzas hechas públicas por el Sector de relaciones públicas y comunicaciones de las agencias gubernamentales rusos y estadounidenses.
El nuevo documento tendría más bien significado simbólico, ante todo, para ambos presidentes. Dmitri Medvédev firmaría su primer Tratado de desarme y Barack Obama, el Premio Nobel de la Paz 2009, se anotaría otro tanto para justificar este galardón. Además, la suscripción del documento daría impulso a Rusia y EEUU a "reiniciar" sus relaciones.
No cabe duda de que el Tratado START acabará por ser firmado, lo más probable, en 2010. Per el documento como tal, aunque abra una nueva fase del desarme nuclear, valdría poco sin las pertinentes medidas prácticas.
El Tratado ni siquiera estipula la más drástica reducción del armamento nuclear en la historia. Según varias fuentes, EEUU y Rusia asumieron el compromiso de reducir los vectores hasta 700-750 unidades y las ojivas nucleares, hasta unas 1.600 unidades por cada parte. Anteriormente, Washington insistía en que la cantidad mínima de vectores estratégicos con ojivas nucleares fuera de 1.000 unidades, mientras Rusia se empeñaba en mantener el tope a nivel de 500 vectores. El Kremlin tenía sobradas razones para ello.
El Ministerio de Defensa ruso retira del servicio operacional submarinos, bombarderos estratégicos y misiles cuya vida útil haya expirado. A juzgar por todos los indicios, para 2017, año en que debe expirar el plazo de vigencia del nuevo Tratado START, Rusia, en el mejor de los casos, dispondría de un poco más de 500 vectores. La industria rusa de defensa sencillamente no está en condiciones de producir más vectores, ya que debe cumplir paralelamente otros proyectos. Así las cosas, la cantidad de 500 vectores es óptima para Rusia.
Obama sí que hizo importantes contrapartidas. EEUU hasta aceptó incluir en la lista de vectores nucleares estratégicos bombarderos pesados B-52, indistintamente de si porten o no armas nucleares. Además, a diferencia de lo estipulado en el Tratado Start-1, misiles estratégicos rusos "Topol-M" en plataformas móviles no estarán sujetos a restricciones en cuanto a áreas de emplazamiento.
Hoy día, EEUU dispone de 1.195 vectores y 5.573 ojivas nucleares; Rusia, de 811 vectores y 3.906 ojivas. En 2002, George W. Bush el hijo y Vladímir Putin firmaron el Tratado de reducción de armas ofensivas estratégicas (SORT, todavía vigente) que estipulaba reducir hacia finales de 2012 los arsenales de ambos países a 1.700-2.200 ojivas nucleares instaladas en misiles estratégicos. El nuevo Tratado START prevé reducir las ojivas nucleares hasta 1.600-1.675 unidades dentro de 7 años después de entrado en vigor. Aun cuando este documento se firme a principios del año que viene, tendremos que reducir sólo 25 ojivas para 2017. Es decir, hacia 2017 reduciríamos nuestros arsenales hasta el nivel que tendríamos hacia 2012, a tenor con el Tratado firmado con el mismísimo George W. Bush bajo cuyo mandato, según la opinión generalizada, incluidos analistas y políticos de EEUU, las relaciones ruso-estadounidenses tocaron fondo.
La intensa labor en el Tratado START, reanudada en la época de la presidencia de Obama y Medvédev, reavivó el proceso del desarme ralentizado cuando no paralizado bajo el mandato de George W. Bush.
¿Por qué cauce va a desarrollarse el diálogo ruso-estadounidense? ¿En qué grado están vinculados las contrapartidas estadounidenses a la actitud rusa hacia el programa nuclear iraní (EEUU se empeñe en conseguir que Rusia apoye las sanciones contra las ambiciones nucleares de Irán) y hacia la guerra en Afganistán (EEUU necesita Rusia como país de tránsito para abastecer el contingente militar internacional en Afganistán).
Según la prensa estadounidense, después de firmado el nuevo Tratado, Obama está dispuesto a extender las normas de cómputo también a las ojivas nucleares retiradas del servicio operacional y almacenadas. Además, Washingtón muestra su disposición de entablar las negociaciones sobre la reducción de las armas nucleares tácticas (bombarderos) y misiles de mediano alcance. A propósito sea dicho Mijail Gorbachov y Ronald Reagan barajaron estas iniciativas durante la cumbre de Reykjavik de 1986.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Andrei Fediashin,
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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