Recientemente, la prensa rusa difundió declaraciones del ex comandante en jefe de las Fuerza Aérea y de Defensa Antiaérea de Rusia, el general Anatoli Kornukov, según las cuáles, la defensa antimisiles (DAM) de Moscú es incapaz de cumplir sus funciones.
El general dijo, además, que las tropas rusas no cuentan con los recursos suficientes para interceptar misiles balísticos táctico-operativos que actualmente, constituyen una de las amenazas principales de los países desarrollados.
La mayoría de las veces, las declaraciones hechas por antiguos funcionarios rusos en parte son verdad, pero en este caso, las palabras de Kornukov no reflejaron exactamente el estado de la situación actual.
El sistema modernizado de defensa antimisiles A-135 de Moscú, creado entre los años 70 y 90 del pasado milenio, se emplazó para defender la capital rusa de un ataque nuclear.
Inicialmente, el sistema contaba con dos tipos de misiles interceptores.
Misiles de largo alcance 51T6 (SH-11/ABM-4 Gorgon, según la denominación de la OTAN) para interceptar cohetes en la exo atmósfera a alturas de 80-100 kilómetros y distancias superiores a 600 kilómetros, y los misiles de corto alcance 53T6 (SH-08/ABM-3 Gazelle) de intercepción endo atmosférica a alturas de hasta 50 kilómetros y distancias hasta de 350 kilómetros,
La fabricación del sistema de misiles A-135 concluyó a mediados de los años 80, y en el curso de su emplazamiento se hicieron una serie de pruebas exitosas que confirmaron la capacidad del A-135 de abatir misiles balísticos incluidos aquellos que portaban ojivas de guiado autónomo.
En servicio activo y disponibilidad permanente el complejo A-135 comenzó operar en 1995 con más de 100 misiles interceptores de las dos clases.
Por cuanto la eficacia operativa de cualquier misil interceptor depende en gran medida de la pronta y exacta ubicación del objetivo que debe destruir, las tropas de defensa espacial y de misiles (RKO, siglas rusas) fueron acondicionadas con estaciones de radar y satélites en el denominado sistema de prevención de ataque con misiles (SPRN).
Durante dos décadas en la URSS se emplazaron una red de estaciones de radar (RLS) para la detección exacta de la trayectoria en vuelo de cualquier misil balístico.
Los satélites del SPRN captan el lanzamiento de misiles y trasmiten la información a las estaciones terrestres de radar que su vez pasan esa información al comando central de la RKO y la estación de radar Don-2N que elabora el logaritmo de información para guiar los cohetes interceptores rusos contra el blanco.
A pesar de sus posibilidades, la DAM de Moscú no está en capacidad de repeler un ataque nuclear masivo. Entre otras cosas, ningún país del mundo incluso Estados Unidos, tiene un sistema que pueda contener un ataque nuclear a gran escala.
La capacidad de la DAM moscovita se reduce a la contención de ataques por parte de potencias nucleares de segunda línea como Francia, Inglaterra, China o las nuevas potencias nucleares India o Pakistán, y también interceptar ataques de misiles ocasionales o de provocación desde cualquier parte del mundo.
La DAM rusa no puede hacer más que lo anteriormente descrito, es decir, no puede garantizar la defensa de Moscú de un ataque masivo por parte de EEUU, porque sencillamente contiene los misiles interceptores suficientes.
Sobretodo después de que fueran retirados de servicio activo los misiles interceptores de largo alcance 51T6 al concluir su periodo de vida útil.
Según los expertos, el potencial de los cohetes restantes 53T6 es suficiente para la destrucción de misiles balísticos bien sean operativos o estratégicos lanzados sucesivamente y en poca cantidad.
Con el A-135, la defensa de Moscú está asegurada en el caso de conflicto con cualquier país de "segunda línea" que tenga una cantidad reducida de misiles.
Y no obstante las posibilidades de la DAM rusa, Moscú es la ciudad del mundo mejor protegida contra ataques de misiles.
Al mismo tiempo, Moscú y las regiones vecinas son el único banco posible para un potencial ataque contra Rusia. Para la intercepción de misiles en otras regiones del país no están protegidas por el sistema A-135, se utilizar los sistemas de defensa antiaérea móviles de la clase S-300 y su última versión los S-400.
Especialmente para la destrucción de misiles balísticos de medio y corto alcance existe la variante S-300B y los sistemas S300P acondicionados para la intercepción simultánea de objetivos aerodinámicos (en vuelo) también se pueden utilizar para interceptar misiles balísticos pero con un margen de eficacia más bajo.
Los sistemas S-400 cuyo emplazamiento en Rusia comenzó en 2007, reúne todas las posibilidades operativas de los sistemas S-300 y como afirman algunas fuentes, el misil de largo alcance 40N6E puede abatir la ojiva de un misil balístico intercontinental.
Actualmente, la Fuerza Aérea y la Defensa Antiaérea de Rusia cuentan con dos divisiones con sistemas de defensa antiaéreo S-400 que por sus características, superan a los sistemas de defensa contra amenazas a gran altura estadounidense THAAD.
Se espera que en los próximos años se acelerará el desplazamiento de sistemas S-400, y para el año 2015, las fuerzas de defensa antiaérea de Rusia deberán recibir 23 divisiones S-400 y en perspectiva el nuevo sistema será emplazado en todos los batallones de defensa antiaérea que en la actualidad operan con sistemas S-300.
Al mismo tiempo, cabe recordar que la mejor defensa antiaérea y antimisiles es la destrucción de los elementos del adversario antes de estos sean utilizados.
En este sentido, el problema de la defensa de Moscú y de toda Rusia de un posible ataque con misiles se debe de estudiar junto al problema de la capacidad bélica y la preparación operativa de las Fuerzas Armadas de Rusia en general.
Sobre todos con las tropas con armamento en capacidad de impactar al adversario a grandes distancias y alta precisión como son las Tropas Nucleares Estratégicas, la Fuerza Aérea, y la Armada de Rusia.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Ilia Kramnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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