Este fin de semana en Europa, la primera noticia en los canales internacionales de las televisoras ha sido La Cumbre de las Américas y el paso dado por el sin dudas carismático presidente norteamericano Barack Obama, para un acercamiento al "antidemocrático" y "anquilosado" gobierno de Cuba que, aún excluida su participación, se convirtió en el meollo del evento y no precisamente para bien del imperio.
Eso sí: no faltaron las exigencias para el diálogo con Cuba. Era de esperar, de lo contrario habría sido entonces un nuevo hito en la historia americana.
Guiños de ojo a los presentes, apretones de mano con Chávez y la frase "quiero ser tu amigo", se reiteraban una y otra vez por las televisoras para conformar una imagenhollywoodesca del nuevo presidente Obama como remedo de un Roosevelt actualizado.
Para el ingenuo televidente europeo, Obama ha sido el indiscutible vencedor de este foro convocado y financiado desde las propias entrañas del imperio, para aliviar tensiones entre los países vecinos con los que una vez más aspira a erigirse cual pedestal para salvarse. Para ellos, América Latina y el Caribe seguirán eternizados en su fatalismo de siempre.
Acaso un segundo en algún fragmento de las televisoras para decir que hubo países que no firmaron la declaración, y muchas, muchísimas y vergonzosas siembras sobre la imagen de presunta unanimidad de posiciones a favor del nuevo rostro imperial.
No se mostraron las intervenciones de Daniel Ortega, de Chávez, de Evo Morales o de Correa. Para los europeos, el módulo de consumo para un consabido fin de semana de vacío informativo, era a todas luces, llenarlo con la imagen mediática y primerísima de un imperio norteamericano en poses de restaurador, auxiliado en este instante con el color tercermundista de su actual líder.
Para nada se nos permitió conocer el texto de la Cumbre, ni sus firmantes ausentes; tampoco las reservas. Las voces de los inteligentes reporteros no llegaron a comentar nunca el significado del libro regalado por el Presidente venezolano a Obama, ensayo magistral del intelectual uruguayo Eduardo Galeano sobre el sufrimiento de los pueblos de América por la historia de dominación colonial española y de agresión de Estados Unidos.
Y Cuba, la gran ausente-presente del evento, de pronto, tiene que dar pasos para encontrarse con el Sumo Imperator del mundo porque -a decir de Televisión Española- "ahora Cuba tiene la pelota sobre su tejado", ¡como si la víctima, de pronto, tuviese que pedir alguna disculpa a su asesino!
Andad y mirad los periodistas europeos en cuál tejado está la pelota y no se asusten en escribir lo que vean: sin dudas en este fin de semana hay más de un vidrio roto entre los tragaluces del techo del poderoso vecino que por primera vez podría estarse sintiendo fatalmente ubicado al Norte del Río Bravo.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
>Marta Carreras Rivery
LA OPINIÓN DE LA AUTORA NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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