Los productores estonios de lácteos y de pescado podrá sufrir pérdidas de 150 millones de euros por las restricciones rusas sobre importaciones, comunicó este martes el Instituto de Coyuntura de Estonia.
Las exportaciones a Rusia alcanzaban 75 millones de euros, indican los cálculos del Instituto. El Parlamento de Estonia también confirmó estos datos.
Sin embargo, dice la investigación, el daño indirecto de las contramedidas rusas se podría acercar a esa cifra. Ahora Estonia tendrá que buscar nuevos mercados para sus lácteos y pescado, lo que supone gastos adicionales.
La directora del Instituto, Maire Josing, declara que quedarán afectadas las materias primas y los alimentos que se exportaban a los socios de Estonia en la UE para fabricar productos que luego se vendían a Rusia.
La experta puso como ejemplo la leche que Estonia suministraba a Lituania que la usaba para producir queso que después se exportaba a Rusia.
“Para Estonia, en valor monetario, la prohibición de importar queso, que daba un beneficio de 27 millones de euro, fue muy sensible. Las exportaciones de pescado y mariscos alcanzaban 15 millones de euros, así como las de leche y lácteos”, explicó Josing.
La directora cree que la crisis actual fue una buena lección para las empresas que no diversificaron riesgos ni investigaron nuevos mercados de venta durante muchos años.
El 7 de agosto, Rusia embargó por un año las importaciones agroalimentarias de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega, en respuesta a las sanciones que estos países le impusieron a raíz de la crisis en Ucrania. Las restricciones se extienden ante todo a la carne de res, porcina y de aves de corral, frutas, hortalizas, queso y lácteos.
VIejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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