Las tropas rusas no combaten en Ucrania y Rusia no arma a las milicias del Este, declaró hoy el viceministro de Defensa de Rusia, Anatoli Antónov, en entrevista exclusiva a RIA Nóvosti.
“Rusia no libra ninguna guerra”, dijo Antónov, preguntado por nuestro corresponsal sobre las denuncias del presidente ucranio, Petró Poroshenko, de que Rusia “introdujo sus tropas” en Ucrania.
El viceministro insistió en que “la Federación Rusa no libra ningunas operaciones de combate en Ucrania, ni las librará”, y aseveró que Moscú “hará todo lo posible para evitar tan extremo desarrollo de los acontecimientos”.
Al mismo tiempo, el viceministro indicó que “lamentablemente, existen fuerzas que tratan de enfrentar a ambos pueblos para desatar la guerra entre Ucrania y Rusia”.
“No son los milicianos rusos los que combaten en Ucrania, es Kiev quien combate contra su pueblo en el sureste del país. Si Poroshenko desde el inicio se hubiese sentado a la mesa de negociaciones, discutirían los aspectos de federalización (de Ucrania), cuestiones del presupuesto. Y no habría guerra”, recalcó.
El viceministro ruso también desmintió las acusaciones de que es Rusia la que arma a las milicias.
“Ucrania fue parte de la URSS, que en todo su territorio tenía gran cantidad de almacenes militares con diferentes tipos de armas, y cuando la Unión Soviética se desmoronó, en territorio de Ucrania quedaron millones de fusiles, minas, sistemas de artillería y otras armas”, señaló.
La zona donde actualmente se libran combates, donde Kiev lleva a cabo su operación punitiva, dijo Antónov, no es excepción, y esos almacenes militares han sido capturados por los milicianos.
“Hablar de que Rusia arma a los milicianos es incorrecto. Fíjense con qué combate el Ejército de Ucrania, con las mismas armas rusas, mejor dicho soviéticas, pero eso no significa en absoluto que Rusia esté suministrando armamento al Ejército de Ucrania o su Guardia Nacional”, añadió.
Además, “no es secreto para nadie que los éxitos militares de los milicianos conducen a que las milicias se apoderen de gran cantidad de armamento que luego emplean contra las tropas ucranianas. La CNN y la BBC más de una vez mostraron cómo centenares de soldados ucranianos cruzaban la frontera, dejando tiradas sus armas”.
“Esas son las fuentes de donde los milicianos reciben las armas de fabricación soviética”, remarcó.
Antónov recordó que la catástrofe ucraniana comenzó con las manifestaciones masivas en la plaza Maidán de Kiev, que culminaron con el derrocamiento del poder legítimo, con los asesinatos en Kiev por francotiradores no identificados de manifestantes y policías, con la tragedia de Odessa, donde decenas de personas fueron quemadas vivas.
“¿Fue Rusia la que organizó todo eso?”, preguntó el viceministro ruso, e insistió que semejantes personas “no tienen nacionalidad”, pues son aquellos que “hoy combaten en Libia, mañana en Afganistán, pasado en Irak y luego en cualquier punto del planeta donde les paguen”.
El viceministro ruso subrayó que “lo que hoy está ocurriendo en Ucrania es una desgracia común, de Ucrania, de Rusia y de Europa en general” .
“Ni imaginarnos podíamos que después de la II Guerra Mundial en Europa estalle un foco de derramamiento de sangre”, enfatizó.
Para los rusos, dijo Antónov, “es diez veces más doloroso, por cuanto el pueblo ucraniano fue, es y será nuestro pueblo hermano”.
El viceministro de Defensa declaró que “contra Rusia se ha desatado toda una guerra informativa”.
“Tratan de convertir a Rusia en cierto monstruo, que pretende imponer su opinión de cómo debe ser Europa. Eso no es cierto”, insistió.
Antónov también llamó la atención a las cuestiones que siguen pendientes sobre latragedia del Boeing malasio, derribado sobre el cielo de Ucrania Oriental el pasado de 17 de julio.
“La catástrofe del Boeing suscita cada vez más preguntas, pero últimamente se habla poco de ello. El Ministerio de Defensa (de Rusia), sin embargo, cada vez con más frecuencia trata de plantear la cuestión a nuestros colegas de EEUU, Ucrania, los países europeos”, dijo.
El viceministro insistió en que “el problema no debe ser acallado, hay que aclarar qué ocurrió en el cielo de Ucrania y, lo principal, hay que hacer que semejante tragedia no se vuelva a repetir”.
“Unos días después el Estado Mayor (ruso) difundió datos objetivos, datos del control por radares y satélites. También fueron publicados los datos de seguimiento desde Rostov, proporcionados por estaciones de radar civiles, y mostramos realmente todo lo que ocurrió aquel día”, dijo.
Antónov recordó que junto al jet malasio se encontraba un Su-25 de la Fuerza Aérea de Ucrania.
El viceministro ruso preguntó por qué siguen sin publicarse las conversaciones de los controladores terrestres con la tripulación del Boeing, por qué no se publican los resultados de la investigación internacional de las “cajas negras” del avión derribado y quién es el que no desea que todo eso se sepa.
“¿Dónde están las conversaciones del piloto de ese avión con su mando? ¿Cómo ocurrió que un avión de guerra estaba junto al civil? Y si dicen que desde tierra fue lanzado un cohete hacia ese avión de guerra, yo quisiera poder mirar a los ojos de ese piloto militar, que se guardó tras el jet civil”, añadió.
Al mismo tiempo, Antónov insistió en que “por ahora solo se trata de versiones a investigar”.
Preguntado sobre las afirmaciones occidentales de que le entrada del convoy de ayuda humanitaria a territorio ucraniano supuso una “intervención”, el viceministro insistió en que Rusia no podía mantenerse al margen de la catástrofe humanitaria en el sureste de Ucrania, confirmada por la ONU.
En Lugansk y Donetsk no hay electricidad, no trabajan ni los depósitos de cadáveres, no hay agua, no funciona el alcantarillado, y el número de refugiados ucranianos en Rusia se aproxima al millón, recordó.
“No podemos permanecer impasibles”, reiteró, y es por eso que ahora en Rusia se preparan nuevos envíos de ayuda humanitaria.
“Enviamos harina, grano, medicamentos, pequeños generadores eléctricos para garantizar al menos el funcionamiento del os hospitales”, dijo.
Al mismo tiempo, recordó que el primerconvoy ruso con ayuda humanitaria fue revisado minuciosamente por la Cruz Roja, cuyos representantes no pudieron acompañarlo hasta el último punto de destino debido a que “como si fuese adrede, toda la noche y mañana cuando debían pasar los camiones, las fuerzas ucranianas bombardeaban Lugansk”.
El viceministro de Defensa de Rusia calificó de tontería las afirmaciones de que aquel convoy fue aprovechado para una intervención militar.
“Fueron contados los camiones que entraron con cargamento y los que volvieron vacíos, y el presidente de Rusia propuso a Poroshenko organizar un segundo y tercer envíos”, recordó.
Actualmente, dijo, los ministerios de Emergencias y de Asuntos Exteriores de Rusia estudian el punto donde cruzar la frontera para mandar un nuevo envío de medicamentos, agua y generadores eléctricos.
Antónov calificó de “paso en la dirección correcta” la reunión de Minsk de los presidentes de Rusia, Ucrania, Kazajistán y Bielorrusia.
“¡Basta ya de sangre! Ya es horas de sentarse a negociar”, recalcó.
El viceministro de Defensa de Rusia recordó que también la víspera el presidente ruso, Vladímir Putin, llamó a los milicianos y sobre todo a las autoridades ucranianas a iniciar negociaciones sin condiciones previas.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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