El enigma del naufragio del submarino ‘Thresher’
El submarino estadounidense ‘Thresher’ naufragó hace cincuenta años en el océano Atlántico, convirtiéndose en el primer submarino nuclear siniestrado en el mar.
Las causas de este naufragio nunca se han llegado a aclarar.
El 10 de abril de 1963, el submarino nuclear SSN 593 ‘Thresher’, acompañado por el buque de rescate ‘Skylark’, salió al océano Atlántico a una distancia de unas 200 millas al este de Cape Cod, donde las aguas se vuelven más profundas bruscamente. Había 129 personas a bordo del submarino, incluidos 21 oficiales del Estado Mayor de la Fuerza de Submarinos de la Armada de EEUU y representantes de la industria.
El sumergible salió al mar para llevar a cabo en una profundidad casi máxima (unos 350 metros) unas pruebas de los sistemas instalados. No había nada extraordinario en estas pruebas: desde el momento de su entrada en servicio en 1960, el ‘Thresher’ realizó unas 40 inmersiones similares.
A las 07.47 horas el submarino empezó a sumergirse paulatinamente. La profundidad en el lugar de inmersión era de 2.560 metros. Se mantenía una comunicación subacuática con el submarino.
A las 09.13 horas los tripulantes del ‘Thresher’ informaron sobre el surgimiento de “problemas pequeños” relativos a una creciente desviación de la posición horizontal. Después, la tripulación informó que intentaba llenar los tanques de lastre y subir urgentemente a la superficie.
El submarino no respondía a las continuas llamadas del ‘Skylark’. Pasados cuatro minutos, se recibió una parte del mensaje que decía: “La profundidad de prueba...”. Posteriormente, se oyó el crujido típico del casco aplastado por la fuerza del agua.
Tras una larga operación de búsqueda sólo se pudieron descubrir manchas de aceite sobre la superficie del agua. Posteriormente, sondas acústicas ayudaron a descubrir varias piezas de plástico que podrían formar parte del ‘Thresher’. El 30 de mayo, en las fotografías del fondo marítimo sacadas en la zona donde las sondas acústicas encontraron indicios se pudo ver timones y una parte del casco del ‘Thresher’.
En junio, el famoso batiscafo ‘Trieste’, que en 1960 alcanzó una profundidad de inmersión récord en la Fosa de las Marianas, subió a la superficie varios objetos marcados con 'SSN 593'. El hundimiento del ‘Thresher’ y la muerte de los 129 miembros de la tripulación quedó así confirmada.
Antes de recibir los datos sobre el lugar de siniestro del ‘Thresher’, la Armada estadounidense convocó una comisión especial para preparar la lista de las causas más probables de la tragedia.
Al inicio, se consideró que ésta sucedió por defectos del casco. Pero los fabricantes del submarino lo desmintieron. El chequeo de los aparatos tampoco ayudó a revelar una causa concreta del naufragio. Se consiguió descubrir un problema: algo inexplicable pasaba con las tuberías exteriores. Al estudiar estos problemas durante una semana, la comisión llegó a la conclusión de que la tragedia sucedió debido a esta estructura de tuberías exteriores, que no soportó la inmersión a una profundidad tan grande. Un estudio con ultrasonido de todos los puntos de conexión de este tipo demostró que en un 14% de los modelos la soldadura tenía defectos.
Parecía que los acontecimientos se desarrollaron del siguiente modo: debido a una 'costura' defectuosa fuera del casco, parte del submarino se llenó rápidamente de agua. En tales profundidades, en caso de que una válvula salga del tubo pueden entrar dentro del casco hasta 750 litros de agua por segundo.
Esto conllevó el corte de la corriente y el submarino se paró. Pero ¿por qué no logró subir a la superficie?
El problema surgió a las 09.09 horas. Recordemos que se informó sobre el surgimiento de ‘problemas pequeños’ en el ‘Thresher’ a las 09.13 horas. Pero poco tiempo después, aquellos pequeños problemas empezaron a agravarse. El submarino que estaba en la profundidad máxima de inmersión se desvió de la posición horizontal y se hundió aún más de lo que pudo informar. Los intentos de estabilizar el submarino y llenar los tanques de lastre fracasaron.
En aquella época, el sistema de suministro de aire a alta presión en los submarinos estadounidenses no siempre funcionaba bien, debido a la humedad excesiva en los tanques que se acumulaba y se congelaba cerca de las válvulas de evacuación. Como resultado, las válvulas, llenas de hielo, obstaculizaron la salida del aire.
Así las cosas, el enigma de la tragedia del ‘Thresher’ podría explicarse probablemente del modo siguiente. Es posible que el submarino sufriese dos fallos a la vez. Los defectos de la armadura exterior provocaron la inundación rápida de una sección, lo que a su vez causó varios cortocircuitos y la parada del submarino.
Pero no se logró hacer funcionar los tanques de lastre y subir a la superficie debido al congelamiento de las válvulas en el sistema de suministro de aire a alta presión. En una profundidad casi máxima esta combinación de fallos fue fatal. La tripulación del submarino, que se sumergía rápidamente, no tuvo tiempo de realizar el segundo intento de salvarlo.
Tras la ruptura de la comunicación durante unos cuatro minutos, a las 09:16 horas, se recibió un informe apenas comprensible transmitido por el ‘Thresher’. Su contenido no se ha logrado descifrar hasta hoy en día, pero se supone que se trata de una enumeración de incidentes con el submarino.
Un minuto después llegó una parte del mensaje descifrada como "[exceeding] …test depth…"- "[superada] …la profundidad de prueba…" (la primera palabra era incomprensible. A las 9.18 los hidrófonos transmitieron el crujido provocado por la ruptura del casco del submarino.
El naufragio del ‘Thresher’ obligó incrementar el control en cuanto a la fabricación de buques en los astilleros. Esto fue necesario, porque se reveló un gran número de fallos. Varios episodios se calificaron de sabotaje premeditado.
Por otro lado, cambiaron las soluciones tecnológicas ya realizadas que podían conllevar consecuencias catastróficas. A veces es necesario perder un submarino para sacar conclusiones importantes. Toda la familia de submarinos nucleares, que anteriormente se denominaba ‘Thresher’ por el nombre del buque insignia, fue rebautizada como ‘Permit’. El naufragio de un submarino siempre es una tragedia, especialmente si no se logra determinar sus causas reales.
En 1972, la Armada estadounidense perdió otro sumergible: el SSN 589 ‘Scorpion’. Esta catástrofe fue aún más enigmática. No hubo comunicación con el submarino. Lo único que se logró oír gracias a los hidrófonos de los sistemas de defensa costera fue el crujido del casco aplastado. Posteriormente, el submarino fue encontrado cerca de las islas Azores a una profundidad de más de 3.000 metros. Se considera que el ‘Scorpion’ se hundió debido a la explosión de su propio torpedo.
La Armada rusa perdió el submarino К-141 ‘Kursk’ en el año 2000 en el Mar de Barents y el 'К-429' en 1983, a una profundidad escasa en una bahía. En el último caso, la mayor parte de la tripulación logró salvarse, aunque 16 personas murieron. El submarino 'К-429' fue subido a la superficie y restaurado. Otras catástrofes de la flota submarina de Rusia estuvieron relacionadas con incendios y fallos graves tras los que los sumergibles que subieron urgentemente a la superficie se hundieron después. Así fue con el submarino 'К-8' en el golfo de Vizcaya (1970), con el 'К-219' en el océano Atlántico (1986) y con el К-278 ‘Komsomolets’ en el mar de Noruega (1989).
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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