Kim Jung-un
Después de que Kim Jung-un asumiera el poder en Corea del Norte, una docena de oficiales de alto rango fueron ejecutados, supuestamente, tras haber sido pillados en escándalos sexuales o en estado de embriaguez mientras el país aún guarda luto tras la muerte de Kim Jong-il, escribe hoy el diario surcoreano Chosun Ilbo.
Una fuente del Gobierno surcoreano consultada por dicho periódico atribuyó estas purgas y las numerosas visitas de Kim Jong-un a las bases militares (17 en lo que va del año) al deseo de asegurarse la lealtad de los militares que en Corea del Norte representan una especie del Estado dentro del Estado.
“Parece que la lealtad jurada por los militares no satisfizo al joven líder, receloso de que su edad dé motivos para desafiar su autoridad”, dijo la fuente. Kim Jong-un tiene 28 o 29 años, según la prensa, y, aparentemente, “optó por causar un choque agudo y rápido para ganarse la lealtad”.
El interlocutor de Chosun Ilbo señaló que altos oficiales de Corea del Norte compiten estos días por demostrar su celo y fidelidad a Kim Jong-un, lo que dio lugar a un hecho sin precedentes: cinco generales, entre ellos, el jefe del Estado Mayor Kim Kyok-sik, presunto coordinador del ataque artillero contra la isla surcoreana de Yeonpyeong, en noviembre de 2010, se apresuraron a publicar en la prensa a principios de este marzo “juramentos de lealtad” al nuevo líder.
Es un indicio de que altos mandos militares de Corea del Norte luchan por la supervivencia en medio de una purga sangrienta, según la fuente.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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