Los acontecimientos mundiales se tornan imprevisibles: a la crisis económica occidental y a las protestas en Europa, se suma ahora lo que parece la definitiva caída del régimen de Muamar Gadafi en Libia. Ante este contexto, los gobiernos de la Unión de Naciones Sudamericanas tienen el crédito de no perder la iniciativa. Pero si frente a la crisis económica, la Unasur parece encontrar una respuesta colectiva, la situación libia pone a prueba los criterios de unidad de acción.
En primer lugar, los cancilleres de los países de la Unasur participan de la V Reunión Ministerial del Foro para la Cooperación entre América Latina y Asia del Este (Focalae). Son más de 30 ministros de 18 estados latinoamericanos y 16 del Asia del este los que volverán a participar de este foro de cooperación, creado hace 11 años, con el objetivo de forjar vínculos más efectivos y dinámicos. El Focalae es el único mecanismo de concertación permanente entre las dos regiones, pensado como un intento útil para enfrentar los desafíos que presenta la globalización. La importancia del encuentro tiene como fundamento el hecho de que el comercio entre ambas regiones se cuadruplicó en los últimos 10 años, y que en total se alcanza a representar al 40% de la población mundial, al 33% de la economía mundial y 30% del comercio mundial.
Si el encuentro entre países latinoamericanos y del Asia del este puede brindar válvulas de escape para la crisis occidental, no revisten menor importancia los crecientes contactos entre América Latina y Rusia. El canciller de la Federación Rusa, Serguéi Lavrov emprendió una gira que lo lleva por Venezuela, El Salvador y Perú. En una reciente columna de opinión, el funcionario ruso aseguró que el desarrollo de la cooperación con América latina y el Caribe “se incluye entre las prioridades" de su gobierno, ya que une a estos países "la similitud de enfoques sobre los problemas claves de la política y la economía mundiales." Rusia reconoce a la región como "uno de los centros del nuevo orden mundial multipolar en formación".
Por otra parte, en el marco del encuentro del Focalae, los cancilleres de la Unión de Naciones Sudamericanas tendrán una reunión del bloque para debatir la crisis económica mundial, continuando con la línea trazada en la pasada cumbre de presidentes de Lima, realizada hace tres semanas, y en las recientes reuniones del área económica. Los ministros de Relaciones Exteriores se reunirán en Buenos Aires con dos objetivos: evaluar la política conjunta que se está poniendo en marcha para enfrentar la crisis económica internacional y aprobar, por otro lado, mecanismos que profundicen la unión regional. Asimismo, los cancilleres avanzarán en debates acerca de la creación de una instancia electoral en el seno de la organización. Todo ello como con vistas a la próxima cumbre de presidentes a realizarse en Paraguay el próximo 29 octubre.
Pero si estas instancias parecen revelar niveles de acuerdo inéditos para la región, la grave crisis libia pone a prueba los criterios de acción unificada. Hasta el martes a la noche el gobierno argentino no se pronunció sobre el asunto. En cambio, el gobierno venezolano aseguró que sólo reconocerá al gobierno en crisis de Gadafi, un aliado petrolero. En el lado opuesto, Colombia fue uno de los primeros gobiernos de la región en reconocer la legitimidad del Consejo Nacional de Transición rebelde como un "interlocutor válido". En tanto, Brasil llamó a la oposición libia a presentar garantías que aseguren la unidad nacional del país a fin de ser reconocido como legítima representante de un gobierno de transición. Como era de esperarse, hasta el momento, las reacciones han sido dispares. Por ello mismo, en los encuentros de estos días, la crisis libia quizás sea un tema que, de forma abierta o entretelones, ocupe a los cancilleres sudamericanos.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
Alejandro Jasinski
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