De los 54 reactores japoneses, que cubrían hasta el 30% de la demanda energética del país, 38 fueron detenidos para someterse a exámenes trasel accidente de la central de Fukushima-1provocado por el terremoto y tsunami del 11 de marzo.
Las pruebas a los reactores se realizan en Japón cada 13 meses, y su puesta en marcha de nuevo debe ser autorizada por las autoridades local y aprobada por la población. De no conseguirse el visto bueno, para la próxima primavera el país no tendrá ningún reactor nuclear en funcionamiento.
En este caso, aún con todas las termoeléctricas funcionando a plena capacidad, Japón se enfrentaría a un déficit energético del 7,8%, circunstancia que podría obligar a las empresas niponas a trasladar la producción fuera del país.
El fuerte seísmo y el posterior tsunami que azotaron la costa noreste de Japón el pasado 11 de marzo dejaron fuera de servicio los sistemas de refrigeración de la central Fukushima-1 lo que provocó explosiones en varios reactores y fugas radiactivas. Todo ello obligó a evacuar a la población en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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