Vladímir Putin
El primer ministro ruso Vladímir Putin manifestó hoy la confianza en que Rusia, una vez superada la crisis, va a convertirse en la quinta economía mundial para 2020, siempre y cuando apueste por la autosuficiencia y un desarrollo sostenido y se abstenga de realizar experimentos injustificados de corte liberal.
La crisis financiera global que desestabilizó regiones enteras del planeta no pudo debilitar a Rusia ni provocó una caída drástica del nivel de vida en el país, señaló Putin al presentar ante la Cámara baja del Parlamento ruso un informe sobre la gestión de su Gobierno en 2010.
La economía rusa volvió a crecer en junio de 2009 y logró el pasado año un incremento del 4%, el nivel más alto dentro del Grupo de los Ocho. Los beneficios empresariales aumentaron en más del 40%, las inversiones en fondos básicos en el 6%, y el rendimiento laboral en el 3,4%.
El mercado ruso de valores alcanzó este abril una capitalización de 1,1 billones de dólares y es actualmente unos de los líderes mundiales en cuanto a la subida de índices bursátiles.
El primer ministro recordó los graves problemas financieros de Portugal, Grecia e Islandia, las subidas de la edad de jubilación en Francia y Estonia o las congelaciones de pensiones en Polonia y Letonia. Rusia, entretanto, logró en los dos últimos años entregar 250 mil apartamentos gratis a militares y veteranos de la Segunda Guerra Mundial, aumentó en un 45 % la pensión laboral, inauguró casi 40 centros médicos dotados de equipos ultramodernos e incrementó notablemente los gastos en educación e investigación.
La producción del crudo alcanzó por primera vez 505 millones de toneladas anuales, lo que cubre tanto la demanda interna como las necesidades de exportación y sitúa a Rusia por delante de todo el mundo.
La deuda pública es ahora ligeramente superior al 10% del PIB mientras que en algunos Estados ronda un 60-80%. Entre otros resultados positivos, Putin mencionó un fuerte superávit de la balanza comercial (151 mil millones de dólares al término del pasado año), el crecimiento de las reservas internacionales que ya superan 500 mil millones de dólares y el carácter predecible del tipo de cambio de la moneda nacional, el rublo.
A juicio del primer ministro, Rusia “necesita diez años de crecimiento económico sostenido”, sin demagogia social ni “experimentos infundados de carácter liberal”.
La crisis, según él, demostró que “la debilidad económica y gubernamental (…) amenaza a la soberanía nacional”.
Los buenos consejos desde fuera, en su opinión, ocultan muchas veces “una burda imposición e injerencia en asuntos internos”. “Debemos ser autosuficientes y fuertes. Además, y es probablemente lo más importante, debemos implementar una política que responda a los intereses de nuestros conciudadanos”, subrayó.
En su discurso, Putin sugirió no relajarse ante el actual “boom petrolero” y “adoptar cuanto antes un nuevo modelo del desarrollo económico”. “Debemos apostar por el mercado nacional y el desarrollo de aquellos sectores de economía que no se basan en el gas y el petróleo. Se requieren inversiones de calidad, intelectuales y a largo plazo, así como tecnologías punteras.
Para 2012, la economía rusa va a compensar todas las pérdidas ocasionadas por la crisis. Según las previsiones anteriores, iba a hacerlo en 2013 o 2014. La inflación en el presente año no será superior al 6,5-7,5%, siempre y cuando surta efecto el programa gubernamental de ayuda a los agricultores que este año recibirán una subvención extra por valor de más de 460 millones de dólares.
Y la Estrategia 2020, que el Gobierno federal retoca actualmente con la ayuda de expertos, marcará futuras prioridades e indicará nuevas reservas del crecimiento para que Rusia se convierta en la quinta economía mundial para finales de este decenio. El objetivo es que el PIB por habitante exceda 35.000 dólares al año, un nivel superior al que tienen a día de hoy las naciones como Francia e Italia, señaló el primer ministro.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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