En la reunión del Grupo de Contacto para Libia, celebrada este miércoles bajo la presidencia de Reino Unido y Francia en Doha, capital de Qatar, se propuso ayuda financiera y militar a los insurrectos contra el actual régimen de Muammar Gaddafi.
El titular británico de la cartera del Exterior, William Hague, propuso crear un "mecanismo financiero" de ayuda a los rebeldes bajo la tutela de los países del golfo Pérsico.
Por su parte, el anfitrión del encuentro, el príncipe heredero de Qatar, el jeque Tamim ben Hamad Al Thani, pidió armar a los insurrectos para que el pueblo "decida su futuro".
En la conferencia participaron unos 20 países y organizaciones, entre ellos la ONU y la OTAN, que forman el llamado Grupo de Contacto para Libia.
La reunión transcurrió en medio de incesantes solicitudes de los rebeldes de intensificar los ataques aéreos, así como de dotarles de armas y, lógicamente, de dinero.
Mientras tanto, los ministros europeos no coincidieron en opiniones acerca del suministro de armas a las fuerzas del Consejo Nacional de Transición, el organismo central de los rebeldes.
Así, por ejemplo, el titular belga del Exterior, Steven Vanackere, que representa también a los Países Bajos en Doha, respondió que "las resoluciones de la ONU prevén proteger a la población civil, pero no armarla".
El mismo secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, repitió en Doha que "no hay solución militar" al conflicto.
Por su parte, los cancilleres de Francia y el Reino Unido abogaron por intensificar la presión militar contra el régimen de Gaddafi.
RT.net (SIC)
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