Las inundaciones en Brasil, consideradas ya como la mayor catástrofe natural de la historia de la región, ya se han cobrado las vidas de más de 400 personas y este número sigue creciendo día a día.
Varias ciudades turísticas de Teresópolis, Nova Friburgo y Petrópolis permanecen incomunicadas y sin luz debido a las fuertes precipitaciones que no dejan de producirse durante el último mes y medio.
Actualmente 70 ciudades brasileñas están bajo las aguas. La ciudad más afectada es la de Nova Fribuergo, con 168 víctimas mortales.
La mandataria de la nación, Dilma Rousseff, visitará la zona afectada este jueves en helicóptero, ya que todas las vías de accesso por tierra están cortadas. La presidenta ordenó liberar unos 420 millones de dólares como ayuda para las zonas afectadas. A la vez el Gobierno brasileño envió 7 toneladas de medicamentos y 12 toneladas de suministros, alimentos, colchones, vestimentas y material de higiene personal y de limpieza.
Los expertos brasileños opinan que la tragedia podría no haber alcanzado esta magnitud si los políticos locales no hubieran permitido a los habitantes de zonas pobres construir en laderas con riesgo de derrumbe.
Los líderes de varios países, incluido el presidente ruso, Dmitri Medvédev, han transmitido sus condolencias a su homóloga brasileña.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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