La población activa en EE. UU. cada vez más elije un modelo de conducta sorprendente para luchar contra la crisis financiera. Los ciudadanos prefieren gastar más dinero y endeudarse, como forma de protesta ante la situación actual.
Desempleo, pobreza e incertidumbre son sólo algunas de las realidades que viven y padecen los trabajadores estadounidenses desde el inicio de la recesión económica.
Como consecuencia, para los investigadores sociales, el desafío actual consiste en estudiar cómo esta situación puede afectar el día a día de la población activa.
La llamada 'Desobediencia económica', dicen los expertos, es la clave para comprender la reacción del consumidor y el trabajador ante un futuro financieramente incierto.
"Lo mas interesante es que la gente que sabe que no tiene dinero por la crisis, en lugar de ahorrar, gasta más; como si gastar y endeudarse fuera una forma de 'Protesta' ante la situación... esta es la desobediencia, la reacción ante lo imprevisible y desesperante", explicó el psiquiatra Jorge Herrera.
El fenómeno de la desobediencia económica se basa en varios patrones de conducta, que se manifiestan en la impotencia de la población ante lo que se considera un sistema económico injusto, con bajos salarios, elevados costes de vida y una gran exclusión social.
ENRON, Fannie Mae y Freddie Mac son quizá los casos más famosos de este tipo de conducta. A medida que los ejecutivos de estas corporaciones veían venir el colapso de Wall Street, entre ellos se distribuían bonos multimillonarios. "Sálvese quien pueda" era la orden del día a día, pese a que eso significase romper las reglas. Y actualmente este lema parece haberse generalizado en las actitudes de los ciudadanos: "quien hizo la ley, hizo la trampa".
"¿Por qué yo voy a pagar mis tarjetas de crédito? ¿Para que estos banqueros se hagan más ricos? ¡No! yo he decidido que no voy a contribuir a la ambición de los ricos", expresó Adalberto Martínez, un consumidor desempleado.
Y es ahora más que nunca cuando los expertos señalan que los estadounidenses consideran que las cosas no están yendo por buen camino: los datos más sobresalientes del Censo 2010 revelan que mientras unos han perdido todo en los momentos más difíciles de la recesión, otros han hecho fortunas mediante bonos corporativos y financiamiento federal.
La premisa estadounidense hace diez años establecía que trabajar responsablemente y con dedicación producía sus frutos: estabilidad económica, familiar y bonanza en la jubilación. Hoy, sin embargo, la dinámica de los trabajadores del país es completamente distinta y casi imposible de definir por su incertidumbre. El leitmotiv parece haber cambiado y el revelarse contra la crisis intentando agravarla un poco más es el único consuelo de muchos trabajadores.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario