El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, dio por finalizada hoy la era del enfriamiento que se inició entre su país y la OTAN tras la guerra ruso-georgiana en torno a Osetia del Sur, en agosto de 2008.
“Constatamos que el período del enfriamiento y de las reclamaciones realmente ha concluido. Miramos al futuro con optimismo y tratamos de fomentar las relaciones entre Rusia y la OTAN en todos los ámbitos”, declaró Medvédev en rueda de prensa que se celebró en Lisboa al término de la cumbre del Consejo Rusia-OTAN.
Reconoció que Rusia y la OTAN siguen discrepando en la evaluación de lo que pasó en Osetia del Sur en 2008 pero subrayó que ese tema no debe erigirse en un escollo.
Agregó que ambas partes “recorrieron un largo camino de las ilusiones de los años 90 a la cooperación productiva de la década actual”, en la que construyen “una relación pletórica, de asociación”.
Manifestó que Rusia está dispuesta a colaborar con la OTAN en materia de defensa antimisil y control sobre el avance de programas nucleares en terceros países, entre ellos, Irán pero alertó de que “la aparición de medios antimisiles es capaz de “alterar el equilibrio existente” al nivel de arsenales nucleares y “acarrear la carrera de armamentos”, en detrimento de la situación europea y global.
“Nuestra postura es simple: si nos ocupamos entre todos de la defensa antimisil, ésta no debe destruir la paridad existente”, dijo.
También hizo hincapié en que la participación de Rusia en el sistema europeo de defensa antimisil ha de ser “cabal, con intercambio de información y responsabilidad por la solución de algunos problemas, o bien, no participar del todo pero en este último caso, por razones comprensibles, nos veremos obligados a defenderse”.
Medvédev afirmó que no se imagina ahora una situación en que Rusia pueda incorporarse a la OTAN pero acto seguido admitió que todo cambia, incluida la propia Alianza Noratlántica.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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