El Vaticano adoptó la postura unilateral antisionista en el conflicto de Oriente Medio mediante el mensaje final del sínodo convocado para conformar la opinión íntegra de la Iglesia Católica, ante la expansión del Estado de Israel.
La reunión lanzó un llamado a la comunidad internacional y en especial a la ONU, en el que instó a que pongan fin a la ocupación israelí “de los diferentes territorios árabes”. De acuerdo con los altos jerarcas de la Iglesia, Israel “podrá gozar de la paz y la seguridad dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas”, siempre y cuando que retroceda hasta estas. Al mismo tiempo “el pueblo palestino podrá tener una patria independiente y soberana y vivir en la dignidad y la estabilidad”, consideraron los prelados.
Los obispos y patriarcas convocados a Roma representaban en su mayoría la región de Medio Oriente, el hecho que les dio la razón para asentar que “los ciudadanos de países de Medio Oriente llaman a la comunidad internacional, en particular a la ONU, a trabajar sinceramente para una solución de paz justa y definitiva en la región, y eso mediante la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y la toma de las medidas jurídicas necesarias para poner fin a la ocupación de los diferentes territorios árabes por Israel”.
La referencia al documento de la ONU concierne antigua resolución del Consejo de Seguridad que condenó en noviembre de 1967 la adquisición del territorio árabe, como consecuencia de la guerra de los 'Seis días' y pidió el retiro de las FF. AA. de Israel de los territorios ocupados. A esta resolución le siguieron otras varias en el mismo sentido.
Durante el sínodo y desde la etapa inicial de su preparación, se afirmó en muchas ocasiones que el conflicto territorial palestino-israelí es la causa de la situación conflictiva en que se encuentra toda la región. En particular, se afirmó en la resolución final que asimismo el Líbano podría “gozar de su soberanía sobre su territorio, fortalecer su unidad nacional y continuar su vocación de modelo de convivencia entre cristiano y musulmanes”. Ni incluso se mencionó la persistencia de unos movimientos políticos en el mundo islámico y al menos de un Gobierno nacional y un territorial de hecho —en Gaza— en la visión, según la cual el Estado hebreo no tendría el propio derecho de existir.
A la vez con la exigencia de expulsar a los israelíes de las tierras ocupadas, el sínodo dirige su llamado a las religiones del mundo a “asumir sus responsabilidades en la promoción del diálogo de culturas y de civilizaciones en la región y en el mundo entero”.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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