jueves, 21 de octubre de 2010

Nuevo sistema de defensa antimisiles bajo el velo del secreto


Foto de Kremlin.ru

La seguridad en el mundo de nuestros días es única. La comprensión de este enfoque de los problemas internacionales ha sido confirmada por políticos y politólogos en la sesión extrasede de la Conferencia de Munich clausurada en Moscú. Sus participantes fueron recibidos por el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, en su residencia de las afueras de Moscú. Se analizaron sobre todo las relaciones de Rusia con Europa. Esta cuestión -según el jefe de Estado, es una de las prioridades de la política exterior rusa.

Durante el encuentro sus participantes abordaron los problemas del reforzamiento del control de los armamentos y la no proliferación del arma nuclear, las consecuencias de la crisis económico-financiera mundial, y, claro está, la iniciativa del presidente ruso sobre el nuevo tratado de seguridad europea. Dmitri Medvédev dijo:

La idea de la seguridad europea y los nuevos acuerdos en este ámbito no persiguen objetivos estrechos. Comprendo cuán difícil resulta aprobarla para muchos Estados. Pero pienso que tiene como mínimo un componente positivo, que por ahora nadie ha podido refutar. Consiste en que la seguridad en el mundo actual es única y si nos ocupamos seriamente de ella será imposible garantizar la seguridad de un Estado a costa de otro, de un bloque a expensas de la confrontación con otro bloque o con otros países. El mundo es tal global que no perdone tales errores.

Desde luego que al abordar la nueva arquitectura de seguridad salta a primer plano la instrumentación del sistema europeo de defensa antimisiles. En opinión del presidente de la Conferencia de Munich, Wolfgang Ischinger, ésta es sobre todo una cuestión política, cuya solución depende directamente de la confianza entre Rusia y Occidente. Los expertos de la conferencia están seguros de que tal proyecto conjunto es muy posible, aunque su ejecución, al igual que la idea del nuevo tratado de seguridad, siguen siendo objeto de discusión.

Dmitri Medvédev se pronuncia por la implementación de un mecanismo de preservación de la paz en Europa que impida que un Estado u organización nacional pueda hacerse con el monopolio del mantenimiento de la seguridad.

Sin embargo, la OTAN no ve la necesidad de cerrar un nuevo documento vinculante que contemple la nueva estructura indivisible de la seguridad europea, si bien el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se manifiesta por la cooperación con Rusia en el campo de la defensa antimisiles. Pues resulta ser que, por una parte, la jefatura de la OTAN no apuesta por el compromiso, y, por la otra, hace público su deseo de acercarse.

EEUU está seguro de que en la próxima cumbre de la OTAN, dentro de un mes, sus participantes aprobarán oficialmente el proyecto de creación del sistema colectivo de defensa antimisiles. Pero una cosa es que el "escudo global" sea conveniente para Europa, Rusia y EEUU, y otra cosa totalmente diferente es si el reforzamiento de la presencia estratégica en el continente europeo seguirá siendo acogido por Casa Blanca únicamente como garantía de la seguridad de los propios EEUU.

De modo que la coordinación de las posturas sobre el "escudo de seguridad" en la cumbre de Lisboa, en la que tomará parte el presidente de Rusia, no promete ser fácil.


Viejo Condor

La Voz de Rusia (SIC)

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