El 26 de julio de 2000, el módulo espacial ruso "Zvezda", unidad habitable con los sistemas esenciales de vida se acopló exitosamente con al módulo estadounidense Unity y el ruso "Zariá" y a partir de ese momento, empezó la historia de la Estación Espacial Internacional (ISS), el programa internacional espacial más importante que actualmente desarrolla la humanidad.
No obstante, la primera expedición de cosmonautas desembarcó en la ISS sólo en noviembre de 2000.
El heredero internacional de la estación espacial rusa "Mir", la ISS lleva en órbita ya 10 años. Los módulos científicos de la estación fueron creados por las Agencias Espaciales NASA (Estados Unidos), Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial de Japón (JAXA ).
La infraestructura de la estación fue un proyecto de la Agencia Espacial Rusa (Roskosmos). Durante todos estos años la ISS ha costado una impresionante suma de dinero: alrededor de 150.000 millones de dólares.
Para la opinión pública de los países occidentales este aspecto nunca ha perdido su importancia ni se ha dejado de formular la pregunta de si vale la pena realizar programas de investigación científica tan costosos.
En cambio, Rusia y nuestra Agencia Espacial en concreto, están más preocupadas por su papel de "compañía de transporte" al servicio de las agencias espaciales extranjeras.
Los módulos del segmento ruso se suelen usar como depósitos y elementos de la infraestructura de la estación, como el módulo "Zvezda", donde funciona control de mando de los sistemas vitales. Además existen problemas de menor calibre, pero no por ello menos hirientes para el orgullo ruso: la construcción del módulo "Zariá" hecho en Rusia, fue financiada por la NASA y, desde el punto de vista formal y jurídico, sigue siendo propiedad de los Estados Unidos.
El pasado invierno, el Presidente Obama suspendió el desarrollo del programa espacial estadounidense "Constelación". Se trataba de un ambicioso proyecto que preveía la renovación total de las naves espaciales y transbordadores, el regreso de los astronautas norteamericanos a la Luna y, a largo plazo, los viajes tripulados a Marte.
Acto seguido, los plazos de explotación del segmento americano de la ISS fueron prorrogados hasta 2020 (antes, el límite máximo era 2015) y por esta razón, seamos realistas, se prorrogó el plazo de explotación de toda la estación.
Es difícil predecir, si esta decisión tendrá un efecto positivo o negativo en la industria espacial rusa. De acuerdo con los planes existentes, para 2015-2016 el módulo ruso debe ser renovado. Al mismo tiempo, a partir de 2012 Rusia debe poner en servicio un módulo científico propio. Está prevista también la puesta en órbita de un nuevo módulo habitable que sustituya a "Zvezda", y que en caso de la liquidación de la ISS, se acoplaría al resto de los módulos rusos, apareciendo una estación orbital puramente nacional.
No obstante, la decisión de la Administración de Barack Obama mantendrá el status quo, en virtud del cual Rusia seguirá haciendo de "superpotencia en asuntos de energía y soporte de vida", quedando a la zaga de la NASA, la ESA y la JAXA, que seguirán siendo los líderes en la investigación científica en el espacio.
De esta manera, es cada vez menor el estímulo para que Rusia trabaje en la creación de una estación espacial propia destinada únicamente a las investigaciones de interés nacional.
En lo que se refiere a la ISS, el principal problema de Rusia no es la incapacidad para desplegar nuevos módulos de la estación. Este punto del programa, quizá en unos plazos algo más largos, será cumplido sin lugar a dudas. El problema está en la escasa demanda nacional de investigaciones en órbita y para programas relacionados.
La mayor parte del equipo técnico usado en el segmento ruso, sin que haya un módulo científico propio, se aprovecha en el cumplimiento de tareas por contrato para el resto de los socios. Es decir, vendemos la realización de experimentos y no desarrollamos investigaciones de interés interno para el país.
Por lo que surge la pregunta: ¿a qué tareas se dedicaría una estación espacial completamente rusa? ¿No será demasiado costoso mantenerla en órbita sólo para asegurarse el renombre de "potencia espacial"?
El proyecto ruso de investigación espacial necesita de un detallado programa de desarrollo que tenga en cuenta todos los aspectos: vuelos pilotados y los no pilotados, los viajes a la órbita terrestre y los interplanetarios, la investigación, la fabricación y la construcción fuera de la Tierra, así como toda la gama de aparatos de puesta en órbita. La ISS en este contexto sólo sería uno de los elementos, importantes, pero no los elementos claves.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Konstantín Bogdánov
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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