La convocatoria extraordinaria en Cadarache, Francia, del consejo regulador del proyecto internacional del reactor experimental de fusión (ITER, inicialmente por sus siglas en inglés), validó el presupuesto de la construcción de este centro científico para los próximos 10 años. El gran aumento de los gastos, tres veces mayores a lo previsto en 2006, coincide en el documento con un descenso de la participación de la Unión Europea, en cuyo territorio se edifica.
Los siete socios del proyecto —que son China, Estados Unidos, UE representado por la corporación EURATOM , la India, Japón, Corea del Sur y Rusia— están decididos de poner en marcha la fusión controlada de átomos de hidrógeno en noviembre de 2019 (en vez de en 2018 como estaba previsto anteriormente). Fueron las disputas sobre el orden de financiación los que aplazaron el lanzamiento así del reactor, como de la propia construcción.
Sin embargo, los miembros del consejo están llenos de optimismo.
“Entramos en una fase decisiva del proyecto ITER. Tenemos ahora una base muy sólida para avanzar”, se expresó en este sentido el académico Yevguieni Vélijov, representante de Rusia que preside el consejo. Enfatizó al adoptar el presupuesto que “lo que logramos aquí es asegurar no solo el éxito de ITER, sino también el éxito de la fusión”.
En la anterior reunión, en junio, las partes no pudieron aprobar los importantes planes porque la Unión Europea no había llegado todavía a un acuerdo sobre su contribución al reactor, que sería el 45% del presupuesto total. A finales de ese mes se presentó una propuesta que rebajaba la contribución en un 10%, dejándola en 6.600 millones de euros (cerca de 8.600 millones de dólares) sobre un total de casi 15.000 millones de euros (19.500 en dólares). Esta rebaja, que no debe afectar a los objetivos del proyecto, es la que esta vez ha sido aceptada por el resto de los socios.
Luego de las negociaciones tan duras, el director Kaname Ikeda que representaba Japón decidió retirarse, apenas se lograra el éxito con los documentos preparatorios. Con aprobación del consejo le sustituyó su compatriota otro físico japonés Osamu Motojima.
A diferencia de todos los reactores activos en el mundo el funcionamiento de ITER se basará en la fusión termonuclear y no en la destrucción de los metales radioactivos como uranio y plutonio. Originariamente el nombre del proyecto era acordado como el abreviamiento de la denominación inglesa, pero ahora el consejo decidió enfatizar su connotación con la palabra latina 'iter' que en la traducción significa 'el camino'.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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