Moscú se ve obligado a abandonar el proyecto South Stream pero prevé construir un nuevo gasoducto para satisfacer la demanda turca, declaró el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
"Tomando en cuenta que hasta el momento no hemos recibido la autorización de Bulgaria, consideramos que en estas condiciones Rusia no puede seguir adelante con el proyecto", dijo.
Habida cuenta de que Bulgaria no ha dado el permiso para las obras en su zona económica exclusiva, sería "absurdo", a juicio de Putin, invertir centenares de millones de dólares en el proyecto y tender la tubería a través del mar Negro para después "pararse en la frontera búlgara".
El líder ruso informó además, al resumir los resultados del encuentro con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdoğan, que Rusia y Turquía han acordado aumentar la capacidad del gasoducto Blue Stream y que Moscú está dispuesto a bajar el precio del combustible en un 6% desde el 1 de enero.
Putin añadió que la exportación de gas a Turquía aumentará a unos 3.000 millones de toneladas al año y que Rusia deberá ser propietaria del nuevo gasoducto para el sur de Europa.
En junio pasado, el mandatario ruso acusó a EEUU de torpedear el proyecto South Stream.
Este gasoducto, cuya construcción comenzó en la costa rusa del mar Negro a finales de 2012, debía permitir al grupo gasista ruso Gazprom diversificar sus rutas de exportación a Europa y reducir la dependencia del tránsito a través de Ucrania.
La Comisión Europea afirma que el South Stream viola el Tercer Paquete Energético, que prohíbe a las compañías extractoras de gas poseer gasoductos en el territorio comunitario, por eso la UE buscaba bloquear el proyecto.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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