El conflicto en Ucrania deriva de los intentos de Occidente de mover las líneas divisorias en el espacio euroatlántico, declaró el miércoles el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.
"La crisis ucraniana es consecuencia directa de los intentos de nuestros socios occidentales de conservar y mover hacia el este las líneas divisorias en el espacio euroatlántico", declaró al reunirse con la Cámara Pública de los Jóvenes.
Subrayó que Rusia se opone a esos intentos.
"No buscamos confrontación con nadie pero defenderemos con firmeza los intereses nacionales, nos comportaremos como consideramos correcto y justo basándonos en el derecho internacional, que respetamos e instamos al resto de países a hacer lo mismo", señaló Lavrov.
Agregó que Moscú considera esta vía como óptima "para garantizar sus intereses nacionales".
El ministro recalcó que es cada vez más patente que los recursos se están redistribuyendo a nivel internacional, sin embargo algunos países siguen "imponiendo sus recetas a los demás".
"Lamentablemente, esa idea no se ha superado. En la actualidad, cuando se requieren acciones colectivas para resolver problemas comunes a toda la humanidad, las medidas unilaterales socavan el éxito de nuestros esfuerzos conjuntos", realzó el canciller ruso.
Agregó que "la dominación de una civilización ya es pasado, aparecen nuevos centros de crecimiento económico, nuevas potencias financieras".
"Con la influencia económica y financiera llega también la política. Lo observamos en varios casos", indicó.
Lavrov destacó el rol que está desempeñando actualmente la región Asia-Pacífico y la autodeterminación que están viviendo los países latinoamericanos y africanos, que crean estructuras de integración a nivel regional.
"De este modo el mundo se vuelve realmente multipolar. Crece la competencia, no solo en el ámbito de la economía, las finanzas y la política, sino también en los relativo a los valores y el modelo de desarrollo", dijo.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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