Angela Merkel, canciller de Alemania, y Li Keqiang, primer ministro de China
La canciller alemana, Angela Merkel, criticó el lunes el espionaje industrial chino tras reunirse en Pekín con el primer ministro del país asiático, Li Keqiang.
Las declaraciones de la mandataria llegan un par de días después de que los servicios de inteligencia de Alemania alertaran sobre los peligros de que el Ejército y las empresas alemanas sufran robos desde China.
“No creemos que ese sea el camino hacia el éxito”, dijo Merkel en rueda de prensa, después de ratificar que Alemania defiende la protección intelectual.
Hans-Georg Maassen, jefe de Inteligencia alemán, calificó el fin de semana en un diario nacional a los piratas asiáticos de “muy poderosos” y señaló que la Agencia China de Inteligencia cuenta con más de 100.000 empleados.
Alegó que muchas compañías alemanas de tamaño medio son presa fácil de los piratas.
El espionaje industrial ha pasado a incluir las agendas diplomáticas de Estados Unidos y Alemania durante las conversaciones con Pekín. Gobiernos y expertos han acusado a compañías chinas de robar secretos comerciales o militares con la tolerancia e incluso el apoyo del Gobierno chino. Pekín ha negado rotundamente las acusaciones y asegurado que el espionaje es un problema global del que también es víctima.
La visita de Merkel, que empezó el domingo en Chengdu, se alargará durante tres días y tiene un marcado cariz económico. La mandataria y Li han firmado acuerdos para la construcción de dos fábricas de Volkswagen, un contrato de helicópteros con Airbus y la colaboración entre las aerolíneas Lufthansa y Air China.
El acercamiento pragmático de Berlín a Pekín ha multiplicado los intercambios comerciales en los últimos años. La crisis económica que atenaza a Europa elevó el papel de China como comprador.
Las exportaciones chinas se han doblado desde 2009 hasta alcanzar los 67.000 millones de euros. El comercio bilateral suma ya 140.000 millones de euros, lo que convierte a Pekín en el tercer socio de Berlín, por encima de Washington. Nunca las relaciones habían sido mejores, ha asegurado la agencia de noticias oficial china Xinhua.
La progresiva importancia de China como destino de las exportaciones alemanas ha alertado a algunos expertos sobre el riesgo de dependencia excesiva. Aunque el conjunto de los productos alemanes sólo están ligados en un 6% al gigante asiático, en algunos sectores concretos como el de maquinaria se alcanza el 40%.
“Esos números me asustan (…) No es nunca una buena idea depender tanto de un solo país”, declaró al diario inglés The Guardian Klaus Meyer, de la Escuela Internacional de Negocios China-Europa.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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