La prensa informa de que la Agencia Nacional Exportadora de Armas Rosoboronexport ha firmado un acuerdo marco con China, que prevé el diseño y construcción para la Armada china de cuatro submarinos convencionales del proyecto 677E “Amur-1650”.
El contrato definitivo por un importe próximo a los dos millardos
de dólares puede ser firmado no antes de 2015 –escribe el diario
Kommersant.
El destino difícil del nuevo submarino
La construcción del primer submarino del proyecto
677 para la Marina de Rusia comenzó en 1997, pero transcurrieron largos trece
años antes de que, en mayo de 2010, fuera entregado a las Fuerzas Navales. Al
propio tiempo, el B-585 “San Petersburgo”, nombre que lleva el nuevo sumergible,
hasta ahora se encuentra en “explotación de prueba”. Defectos de construcción
aún no eliminados impiden su puesta en servicio activo de forma definitiva.
No obstante, el submarino cuenta con un alto potencial. En
realidad, para su explotación completa se necesitan una moderna instalación
energética independiente del aire, que aumente el tiempo de permanencia bajo el
agua, y un moderno sistema hidroacústico. Los problemas hidroacústicos, según
algunas informaciones, ya han sido solucionados, mientras que los problemas del
sistema energético deberán resolverse en el curso del próximo año, lo cual
permitirá ultimar la construcción de otros dos submarinos –el "Kronstadt" y el
"Sebastopol". Tampoco se excluye la modernización del submarino cabeza de serie,
cuando llegue el tiempo de su reparación.
A la vez, las características hidroacústicas del sumergible, la
profundidad de inmersión, el armamento y otros parámetros se encuentran a un
nivel bastante alto, lo que despertó el interés de los clientes extranjeros,
incluidos los chinos.
El interés chino
Al igual que en muchas otras esferas, la flota de
submarinos de China ya se estaba creando en base a las tecnologías
soviéticas/rusas. Al recibir de la Unión Soviética a finales de los años
cincuenta cierta cantidad de submarinos de los proyectos 613 y 633 de la primera
generación posbélica, cuya construcción bajo licencia fue organizada en China,
éste país posteriormente, en base a estos proyectos, empezó a construir sus
propios submarinos. Los sumergibles de los proyectos 033 y 035 hasta ahora
forman parte de las Fuerzas Navales de China.
Entre los años 1998 y 2006 China recibió submarinos rusos ya de
tercera generación. Diez submarinos del proyecto 636 fueron incorporados a la
Armada, como complemento a los sumergibles chinos de nuevo tipo Song del
proyecto 039. Al propio tiempo, los asuntos relacionados con los submarinos de
cuarta generación no cuajaron en China: los nuevos submarinos tipo Yuan
(proyecto 041), según algunas informaciones, no pasan muy desapercibidos.
Además, se informa de que China tiene problemas con el mantenimiento por sus
fuerzas de los submarinos construidos en Rusia. La Marina de la India, que
también explota submarinos rusos de tercera generación, los repara en los
astilleros de la ciudad rusa de Severodvinsk.
De tal modo, la elección de un proyecto extranjero se convirtió
para China en una necesidad, aunque ningún país occidental está dispuesto a
compartir con China las tecnologías de construcción de submarinos, siendo Rusia
el único vendedor real. A la vez, el posible suministro de submarinos no
contradice tanto los propios intereses rusos, como un contrato potencial de
suministro de aviones de caza. La “copia” de un submarino moderno es un proceso
mucho más laborioso y prolongado, y para entonces y en caso de que China pueda
reproducir por cuenta propia el proyecto 677, la copia perderá todo
sentido.
Al mismo tiempo, el reforzamiento de la Armada de China es
objetivamente ventajoso para Rusia, en la misma medida en que preocupa a Japón y
EEUU.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
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