Putin acoge con comprensión la dura reacción del Legislativo ruso a la “ley Magnitski”
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, acogió con comprensión la dura reacción de los parlamentarios rusos ante la “ley Magnitski”, en particular, la iniciativa de prohibir a ciudadanos de EEUU la adopción de niños en Rusia, dijo hoy el portavoz del presidente, Dmitri Peskov.
“Vladímir Putin dijo comprender la reacción emocional de los parlamentarios ante la actitud antirrusa (de EEUU)”, dijo el portavoz. Pero al mismo tiempo precisó que el proyecto de ley “Dima Yákovlev” no es la iniciativa del Kremlin, sino del Parlamento.
La Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento ruso) aprobó en primera lectura el proyecto de dicha ley en homenaje al niño ruso Dima Yákovlev, de dos años, que murió en EEUU después de que su padre adoptivo lo dejara encerrado en un coche bajo un sol abrasador. El hombre fue absuelto por los jueces estadounidenses.
Este miércoles, los legisladores planean aprobar una enmienda sobre abrogación del convenio ruso-estadounidense de prohijamiento.
La Cámara Pública de Rusia instó a la Duma de Estado a cancelar los debates previstos para este miércoles, para que el tema de las adopciones sea examinado primero por ciudadanos y expertos.
El canciller ruso Serguéi Lavrov también criticó ese plan. Dijo que las adopciones internacionales tienen derecho a existir. Pero también afirmó que merecen condena los jueces que emiten sentencias absolutorias o de libertad condicional en relación con los padres culpables de violación, maltrato y homicidio de niños adoptivos.
Serguéi Magnitski, de 37 años, abogado del fondo de inversiones Hermitage Capital Management, murió en noviembre de 2009 tras ingresar en prisión preventiva bajo cargos de evasión fiscal. Su muerte, que supuestamente se produjo por falta de asistencia médica adecuada, provocó una amplia resonancia pública tanto en Rusia como en Occidente.
El presidente de EEUU, Barack Obama, firmó el 14 de diciembre una ley que impone sanciones contra funcionarios rusos supuestamente implicados en la muerte de Magnitski, paralelamente a la subrogación de la enmienda Jackson-Vanik que obstruía el comercio ruso-estadounidense desde los años 1970.
“La misma gente que inaugura cárceles secretas y legaliza la tortura en la investigación viene a indicarnos nuestros defectos”, señaló anteriormente el presidente ruso, Vladímir Putin. Según él, la respuesta de Moscú a la “ley Magnitski” debe ser “adecuada, no desmesurada”.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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