De esta unidad de fuerza naval especial se sabe muy poco. Sus combatientes actúan casi siempre con máscaras, ya sea tradicionales, con aperturas para los ojos, o especiales para la natación submarina.
La unidad antisabotaje de acción submarina es un cuerpo de élite de la Marina de Guerra rusa. Fue creada enseguida después de la Segunda Guerra Mundial y, hoy en día, tiene por misión la defensa de las fronteras nacionales y la seguridad de los altos funcionarios públicos, explica el jefe del Estado Mayor de la Unidad de Buzos Militares de la Flota rusa del Pacífico:
–Hay tropas terrestres de guardafronteras. Hay aviación que proteje las fronteras aéreas. Pero no tenemos nada similar debajo del agua. Nuestra unidad cumple misiones continuas de reconocimiento submarino, de acuerdo a un plan especial. En caso de una amenaza o sospecha, reaccionamos de inmediato.
Para estar siempre en buena forma los integrantes de la unidad antisabotaje no dejan de entrenar. Acaban de realizar una ronda de ejercicios en el Pacífico.
El cuerpo dispone de lanchas de alta velocidad, de ciento cincuenta HP, las que utiliza para realizar operaciones antisabotaje en los acuatorios de las bases navales de la Flota del Pacífico.
Por ejemplo, si la tripulación de un buque nota burbujas de aire en el agua, los buzos militares parten de inmediato hacia el lugar. Disponen de equipos especiales de respiración, de circuito cerrado, que, en caso de necesidad, les permite operar sin ser descubiertos. El dióxido de carbono queda dentro del aparato, se recicla y vuelve a ser utilizado para la respiración. La dotación de los comandos submarinos rusos está a la altura de las mejores unidades especiales del mundo. No dejamos de estudiar los equipos, armamento y técnicas del potencial enemigo, dice el buzo militar Alexéi:
–Necesitamos saber de lo dispone el enemigo y tener nuestras propias cartas de triunfo para contrarrestarlo.
Una vez detectado el enemigo, la unidad especial procede a atacarlo. Dispone de armas automáticas portátiles que disparan largas agujas de acero capaces de perforar el traje hidrotérmico y la máscara del adversario a una distancia de hasta treinta metros (superior al alcance de visibilidad debajo del agua).
Cada uno de los nadadores militares es un soldado universal. Puede operar en la tierra y bajo el agua y tiene hábitos de zapador, porque debe estar preparado para desactivar minas submarinas, cuenta el buzo militar Nikolái:
–Hay muchas técnicas de lucha antisabotaje. No se reducen a las operaciones bajo el agua. Todo comienza por una recolección de datos de inteligencia. Y esto se hace en la superficie, en la costa y los territorios adyacentes. Es un esfuerzo integral que, por fin, nos hace posible detectar a los saboteadores submarinos o simplemente terroristas.
La unidad de acción submarina participa en todas las tareas para mejorar la seguridad, sobre todo, en casos excepcionales. Muchos de sus combatientes trabajaron día y noche cumpliendo esta misión durante la reciente cumbre de APEC, en Vladivostok. Revisaron a diario los golfos y bahías de la zona listos para enfrentar cualquier imprevisto. Afortunadamente, no se dieron casos de peligro real.
En caso de necesidad, las unidades pueden acompañar cualquier buque de guerra, a manera de escolta presidencial. La única diferencia es que nadie se daría cuenta de su presencia. Así operan en el Golfo de Adén, frente a las costas de Somalia. Han estudiado las tácticas que usan los piratas somalíes y son muy eficaces en repeler sus ataques.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
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