El presidente ruso, Vladímir Putin, condenó hoy el asesinato del embajador y otros tres diplomáticos estadounidenses en Libia y llamó a respetar los sentimientos religiosos.
“Todo homicidio es un crimen horrible y aquí se trata del asesinato de diplomáticos cuya vida y salud están protegidas por una convención internacional”, manifestó Putin a la prensa.
Quienes no reconocen estas normas del derecho internacional, agregó, “se ponen fuera de la ley y de la civilización moderna”.
Al mismo tiempo, el mandatario ruso recordó que EEUU y Rusia mantuvieron en estos últimos años “numerosas discrepancias acerca del cómo solucionar problemas en las zonas de conflicto”.
Ambos países, según él, comparten los principios de la libertad y la democracia y coinciden en que muchos regímenes a lo largo del mundo no responden a estos estándares.
Rusia insiste en resolver los problemas por vía negociada y buscar resultados positivos a largo plazo que aseguren la buena evolución de tales países y una coexistencia segura de todas las etnias y grupos religiosos. “Es una labor complicada y minuciosa que requiere de paciencia”, dijo.
“No apoyamos a ningún grupo armado que procura resolver los problemas de política interna con las armas en las manos (…) Respaldándolos, podríamos vernos en un callejón sin salida. Tememos que la región se suma en el caos, y es lo que está ocurriendo”, declaró.
Putin recomendó “tratar con atención y cuidado especiales los sentimientos religiosos”.
“Cuando el Estado no responde a tiempo a las provocaciones contra los sentimientos religiosos, los ofendidos se ponen a defender sus ideas e intereses por cuenta propia, lo que a veces se plasma en formas y métodos inadmisibles”, señaló.
Manifestó la confianza en que “esta tragedia que nos afecta a todos” contribuirá a intensificar la lucha colectiva contra el extremismo y las amenazas conjuntas.
La publicación en internet de una película producida en EEUU y titulada “La inocencia de los musulmanes”, que los adeptos del Islam califican de blasfemia contra el profeta Mahoma, desencadenó una oleada de protestas en los países musulmanes del Oriente Medio y el norte de África. Un ataque con lanzagranadas contra el edificio del consulado estadounidense en Bengasi, Libia, costó la vida al embajador Christopher Stevens y otros tres funcionarios de la misión.
A raíz del ataque, EEUU se vio obligado a reforzar la protección de sus legaciones diplomáticas a lo largo del mundo. La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, catalogó hoy de “repugnante y condenable” la película pero resaltó que no hay ninguna justificación para responder a ella con violencia y exhortó a todos los países y líderes religiosos a impedir que las acciones de protesta deriven en disturbios.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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