El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el jefe de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, celebraron la víspera una reunión en que debatieron el problema de arreglo en Siria y la preparación de un nuevo formato de la presencia internacional en Damasco, informó la oficina de prensa de Naciones Unidas.
A partir del 1 de este mes de septiembre, empezó a cumplir sus funciones el nuevo representante especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, ex diplomático de Argelia, con cuya mediación en 1989 fue concertado el acuerdo que puso fin a la guerra civil en el Líbano de 15 años de duración.
Brahimi informará próximamente a la ONU sobre los resultados de sus primeros contactos con las autoridades y la oposición de Siria y propondrá un nuevo plan de arreglo, probablemente.
Un nuevo centro coordinador de la ONU se abrirá en Damasco con el fin de mantener contactos con las partes en conflicto y contribuir a que entablen un diálogo.
Los intentos de hacerlo que se había desarrollado anteriormente no se coronaron con éxito. La misión anterior de los observadores de Naciones Unidas, de 300 personas, fue retirada de Siria.
Según datos de la ONU, en un año y medio que dura el conflicto entre las autoridades y la oposición de Siria murieron más de 20.000 personas, civiles en su mayoría.
Ban Ki-moon y Nabil al Arabi trataron también el tema de Palestina, expresando preocupación con motivo de la precaria situación económica en su territorio y la falta del progreso en las negociaciones con Israel.
Al referirse al brote de la violencia en los países musulmanes por el filme anti-islámico insertado en internet, lo condenaron como “irresponsable y provocador”, pero también censuraron el empleo de la violencia por los participantes de las protestas.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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