El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, visitó la isla sur de las Kuriles, Kunashir.
El alto jefe ministerial subrayó que la región es estratégica y las visitas a esta zona por parte de representantes del gobierno ruso serán práctica común. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón exigió explicaciones al respecto al embajador de Rusia, Evgueni Afanasiev.
El alto directivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, Koitiro Guema, declaró que la visita del premier ruso a las Kuriles del sur fue como un “cubo de agua fria” para las relaciones entre ambos países. El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso insiste en que los comentarios foráneos respecto a los movimientos de los dirigentes rusos dentro del territorio de su propio país están fuera de lugar.
Varias horas antes del arribo de Dmitri Medvédev a Kunashir, éste participó en una reunión en Sajalín del Sur, dedicada al desarrollo de las Kuriles. La tarea principal en estos momentos, según el premier, consiste en la modernización de la infraestructura y la creación de condiciones para la realización de proyectos inversionistas de gran escala:
—Estamos dispuestos a continuar desarrollando la economía de la región, incluyendo a las islas Kuriles. Sé que hay hombres de negocios de países de la región del Pacífico Asiático interesados en la realización de proyectos conjuntos, y eso es un signo positivo y correcto. Ese territorio cuenta con potencial de desarrollo excepcional.
El gobierno ruso en breve destinará más de veinte millardos de rublos al desarrollo de la infraestructura de las Kuriles. Especial atención se le dedicará a la isla Iturup, donde será construido un aeropuerto y un complejo para el transporte de pasajeros y carga; en Kunashir será erigida una terminal marítima. Durante la reunión Dmitri Medvédev subrayó que los ministros atenderán personalmente el proceso de realización de todos los planes de desarrollo de estos territorios:
—Les recuerdo que hasta en los momentos de difíciles coyunturas económicas no redujimos ni en un kopek el financiamiento del desarrollo de las Kuriles. Y en la primera ocasión que tuvimos, incrementamos el monto del programa federal de catorce a veintiún millardos y medio de rublos. Todos los programas de desarrollo de estas islas deben ser realizados, y por ello es imprescindible el control por parte de los ministros. Y no un control a distancia, sino personal. Es preciso visitar las islas.
El politólogo Alexei Makarkin considera que esta última acotación es importante. No es casualidad que esta exigencia respecto a la labor de los ministros haya sido expresada después de las duras declaraciones por parte de Tokio, considera el experto:
—Rusia da a entender con claridad que estas islas son territorio rusa, al igual que Moscú, San Petersburgo o cualquier otra ciudad. El gobierno ruso está dispuesto a discutir con los japoneses ese tema. Pero da a entender claramente que no pretende entregar o cambiar nada y que para Rusia es muy importante el desarrollo económico de estas islas. A esta decisión se vincula todo un complejo de soluciones, desde concretas económicas, hasta simbólicas, como es el caso de la presente visita. Japón, por supuesto, está incómodo con estas decisiones. Pero cualquier país defiende su integridad nacional, y por tanto el proceder del premier Medvédev es totalmente lógico y fundamentado.
Japón pretende obtener las islas Kuriles desde 1945 y considera la devolución de estas como una condición para la firma de un tratado de paz con Moscú. Este documento todavía no ha sido firmado, desde la Segunda Guerra Mundial. Entonces las islas formaron parte de la URSS. Tokio justifica sus exigencias territoriales en base al “Tratado sobre comercio y fronteras” rubricado por Rusia y Japón en 1855.
Rusia, que defiende su soberanía sobre las islas, propone a Japón desarrollar conjuntamente la región en vez de discutir problemas territoriales.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
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