A lo largo y ancho del planeta se siguen suscitando las insólitas y disruptivas masacres protagonizadas por individuos aislados que, armados hasta los dientes, arremeten de manera demencial contra personas indefensas. Colegios, universidades o campos de recreación, son, por lo general, los escenarios elegidos para perpetrar estas tragedias cuya motivación, en casi todos lo casos, anida en el delirio mesiánico desujetos con graves problemas para incluirse en el lazo social .
En este sentido, resulta llamativo que este último episodio de la serie, acontecido en vísperas del Día del Amigo, se haya dado cita en el estreno de una película cuyo protagonista es un superhéroe. Es decir, un ser que no tiene semejantes y cuyo modus operandi, para bien o para mal, se basa en métodos violentos.
Ahora bien, la ominosa repitencia de estas matanzas bien puede ya considerarse un síntoma de nuestra época. Es que el desencadenamiento psicótico no deja de ser un hecho social : desde siempre el “loco” encarna en su delirio las contradicciones que arrastra un colectivo humano en su errático devenir. Los antiguos brindaban un lugar al alienado, tanto que la “mántica”, tal como los griegos llamaban a la locura, era uno de los delirios que Platón elogia en el Fedro.
Locos y alienados, entonces, son tan viejos como la amenaza de exclusión que disciplina a cualquier ser humano ¿Por qué hoy la locura adopta esta modalidad asesina y mediática? Aportamos algunas conjeturas: mucho se habla del panóptico conformado por infinitas cámaras de televisión que pululan donde quiera que transitemos. Pero en realidad, quizás, lo que prima y presiona en la subjetividad de las personas es el proceso inverso: el sinóptico; ese dispositivo, a veces muy sutil, por el cual, si no te hacés ver, no existís .
Por ejemplo, hoy la amenaza de exclusión se palpa en las redes sociales: la fiesta, el encuentro, el acontecimiento no sucedió si no aparece en Facebook; o mucho peor: si no está tu foto, vos no estuviste. Estos locos excluidos bien pueden encarnar esa locura por no quedar afuera que a muchos atrapa en las redes cibernéticas.
Viejo Condor
Clarin (SIC)
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